lunes, 29 de febrero de 2016

Todo está ya dicho


Todo lo que hay de bello en el mundo ya ha sido dicho y bien dicho. En vez de hacer un libro, quizás sea más sensato descubrir otros libros en los libros que fueron escritos en la Antigüedad.

Gustave Flaubert en carta a Louise Colet
Recogido en: Jordi LlovetGustave Flaubert: Razones y osadías
Ed. Edhasa, 1997

Fot. Fragmento del Kojiki

Las nubes


Para el asceta jansenista Milton Worner, las nubes están ahí esperando el día del juicio terrible. Ellas, liberadas entonces de su servidumbre por el Reino de la Palabra, servirán de soporte a la ascensión de los justos y condenarán los azules de un cielo ya inútil al silencio final.

Rafael Pérez Estrada
Tratado de las nubes
Ed. Renacimiento, 1990

Alejandro Marco
Nube, 2013, Óleo sobre lienzo

domingo, 28 de febrero de 2016

Fantasmas


Nos asustan los fantasmas y sin embargo vivimos minuciosamente entre ellos: son nuestro ser anterior, el que vivió en una casa, el que pasó por un jardín, el que viajó por diferentes lugares del mundo, el que fue increíblemente feliz o increíblemente desdichado. Cada uno de esos seres está rodeado de otros seres. De ese modo se propaga el infinito mundo de los fantasmas.

Silvina Ocampo

Leyendo

Florence Peterson reading
Cyanotype 1909

sábado, 27 de febrero de 2016

Reflejos


No eres más que una sombra turbia, un duro núcleo de indiferencia, una mirada neutra que rehúye las miradas. Con labios mudos, ojos apagados, sabrás en adelante identificar en los charcos, en los cristales, sobre las carrocerías relucientes de los auto-móviles, los reflejos fugitivos de tu vida detenida.

George Perec, Un hombre que duerme
Ed. Impedimenta, 2009
Trad. Mercedes Cebrián

Edouard Boubat, Lella au Concarneau, 1948

Lorca - Dalí

 Postal enviada por Dalí a Lorca

Fotografía conjunta

viernes, 26 de febrero de 2016

Madrugar

Juan Goytisolo
Campos de Níjar
Ed. Galaxia Gutenberg, 2015
Fuente: Book Cake

Amaneceres


Poderoso y tremendo con que rapidez el amanecer podría matarme si yo no pudiése sacar hoy y siempre amaneceres dentro de mí.

Walt Whitman

Fot. Walt Whitman, 1881, anónima

miércoles, 24 de febrero de 2016

Encerrado y libre


Cuando era niño, llamábamos castigo a estar encerrados en un cuarto. El aparente desentendimiento de Dios por los asuntos del mundo parecía imperdonable. Esta mañana, al subir los cinco pisos hasta mi casa, recuerdo la iracunda voz de mi padre con una mezcla de ansiedad y amor. Como siempre, la posibilidad de un hogar —a lo sumo una utopía— permanece ilusoria, así que leo a Platón, para quien el amor no ha sido vejado. Me tiendo sobre la alfombra, cual fertiliza un gusano, y comprendo cosas de las que no tengo conocimiento empírico alguno. Aunque la puerta esté cerrada, soy libre.
Como un mapa obsoleto, mis fronteras están cambiando.

Henri Cole, Mirlo y Lobo
Quálea Editorial, 2010
Trad. Diego Zaitegui

Perdurabilidad



Acabas de cumplir ochenta y dos años. Has encogido seis centímetros, no pesas más de cuarenta y cinco kilos y sigues siendo bella, elegante y deseable. Hace cincuenta y ocho años que vivimos juntos y te amo más que nunca. De nuevo siento en mi pecho un vacío devorador que sólo colma el calor de tu cuerpo abrazado al mío.

André Gorz, Carta a D. Historia de un amor
Ed. Paidós Ibérica, 2008
Trad. Jordi Terré.

martes, 23 de febrero de 2016

Esa lasitud teñida de asombro


Suele suceder que los decorados se derrumben. Levantarse, coger el tranvía, cuatro horas de oficina o de fábrica, la comida, el tranvía, cuatro horas de trabajo, la cena, el sueño y lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado con el mismo ritmo es una ruta que se sigue fácilmente durante la mayor parte del tiempo. Pero un día surge el “por qué” y todo comienza con esa lasitud teñida de asombro. “Comienza”: esto es importante. La lasitud está al final de los actos de una vida maquinal, pero inicia al mismo tiempo el movimiento de la conciencia. La despierta y provoca la continuación. La continuación es la vuelta inconsciente a la cadena o el despertar infinito… 

…La simple “inquietud” está en el origen de todo. Durante todos los días de una vida sin brillo, el tiempo nos lleva. Pero siempre llega un momento en que hay que llevarlo. Vivimos del porvenir: “mañana”, “más tarde”, “cuando tenga una posición”, “con los años comprenderás”. Estas inconsecuencias son admirables, pues, al fin y al cabo, se trata de morir. Llega, no obstante, un día en que el hombre comprueba o dice que tiene treinta años. Así afirma su juventud. Pero al mismo tiempo se sitúa con relación al tiempo. Ocupa en él su lugar. Reconoce que se halla en cierto momento de una curva que confiesa tener que recorrer. Pertenece al tiempo, y a través del horror que se apodera de él reconoce en aquél a su peor enemigo. El mañana, anhela el mañana, cuando todo él debía rechazarlo. Esta rebelión de la carne es lo absurdo… 

Al final del despertar llega, con el tiempo, la consecuencia: suicidio o restablecimiento.

Ese espesor y esa extrañeza del mundo es lo absurdo

Albert Camus  El mito de Sísifo, 1942
Ed. Alianza Editorial, 2004
Traducción: Esther Benítez

Fot. Albert Camus, por Cecil Beaton

Foto familiar

Rilke en la casa de verano de la familia de Lou Andreas-Salomé

lunes, 22 de febrero de 2016

Señor: es hora


Señor: es hora. Largo fue el verano. 
Pon tu sombra en los relojes solares, 
y suelta los vientos por las llanuras. 

Haz que sazonen los últimos frutos; 
concédeles dos días más del sur, 
úrgeles a su madurez y mete 
en el vino espeso el postrer dulzor. 

No hará casa el que ahora no la tiene, 
el que ahora está solo lo estará siempre, 
velará, leerá, escribirá largas cartas, 
y deambulará por las avenidas, 
inquieto como el rodar de las hojas.

Rainer Maria Rilke
Día de otoño
Versión de Jaime Ferreiro

Fot. Rainer Maria Rilke
Hotel Biron, Paris
Anónima

The grey window

The grey window grosvenor galleries,1932

domingo, 21 de febrero de 2016

Presente


No nos atenemos nunca al momento presente. (…) De ordinario el presente nos hiere. Lo ocultamos a muestra mirada porque nos aflige y, si nos resulta grato, lamentamos verlo escapar. Intentamos mantenerlo recurriendo al porvenir, y pensamos disponer las cosas que no están en nuestro poder mediante un tiempo al que no tenemos ninguna seguridad de llegar. (…) El presente no es jamás nuestro fin. Así, no vivimos nunca, pero esperamos vivir, y disponiéndonos siempre a ser felices, resulta inevitable que no lo seamos jamás.

Blaise Pascal, Pensamientos
Ed. Valdemar, 2001
Trad. Mauro Armiño

Fot. Lewis W. Hine
Slovak Woman Immigrant Taking Nap In Baggage, 1905

George Eastman House Collection

Postdata


Muy cordialmente
Kafka

Advierto que no consigo recordar su rostro en detalle. Sólo recuerdo cómo se alejaba entre las mesitas del café; su figura, su vestido todavía los veo.

Posdata de Kafka en Cartas a Milena
Ed. Alianza, 2010
Trad. Carmen Gauger

Fot. Milena Jesenská, anónima

sábado, 20 de febrero de 2016

Vacío


Quizá sea un espacio vacío que voy llenando. Uno mismo llena el vacío. Yo lo lleno con frases. Trato de tener pensamiento y los pensamientos se convierten en frases, si tengo suerte. Sin embargo, el vacío vuelve a aparecer siempre, como es natural. Uno podría precipitarse a él, y eso sería el final, pero sería una lástima para nuestra curiosidad. En el espacio vacío tiene que ocurrir algo.

Thomas Bernhard
En busca de la verdad
Ed. Alianza, 2014
Trad. Miguel Sáenz

Fot. Kazimir Malévich
Cuadrado negro sobre fondo blanco

Leyendo


Lady Clementina Hawarden
Clementina (hija) leyendo al lado de la ventana, 1862-63

viernes, 19 de febrero de 2016

Amistad oscura


Con la tarde
se cansaron los dos o tres colores del patio.
Esta noche, la luna, el claro círculo,
no domina su espacio.
Patio, cielo encauzado.
El patio es el declive
por el cual se derrama el cielo en la casa.
Serena,
la eternidad espera en la encrucijada de estrellas.
Grato es vivir en la amistad oscura
de un zaguán, de una parra y de un aljibe.

Jorge Luis Borges
Un patio

Fot. Rudhacharya
A sense of self

Thomas Mann y Hermann Hesse

jueves, 18 de febrero de 2016

Carta


No es culpa mía si de cuando en cuando vomito un conejito.
Carta a una señorita en París

Colchón

Colchón, 1920-1929 
Éditions Paul-Martial, París 
Plata/gelatina, 17.9 cm x 23.9 cm 
Kunstmuseum Basel, 
Donación de Ruth Peter Herzog

martes, 16 de febrero de 2016

La lamparilla de noche



Madeleine en la lamparilla de noche

para Georges de La Tour


Yo querría hoy que la hierba fuese blanca para pisar la evidencia de verte sufrir: yo no miraría bajo tu mano joven la forma dura, sin enlucido, de la muerte. Un día discrecional, otros, sin embargo, menos ávidos que yo, quitaron vuestra camisa de tela, ocuparon vuestra alcoba. Mas ellos olvidaron al partir cubrir la lamparilla de noche y un poco de aceite se derrama por el puñal de la flama sobre la imposible solución.

René Char, Poemas
Recopilación y revisión de los textos: Miguel Zavalaga Flórez

Fot. Claude Baudin

Ellos me viven


Mario de Sá-Carneiro
La gran sombra

lunes, 15 de febrero de 2016

Esquívame


No una fantasía poética
sino un hecho biológico,

constatación: soy una entidad
como un pájaro, un insecto, una planta

o una célula de alga;
vivo; estoy viva;

cuidado, ni te acerques,
niégame, no me reconozcas,

esquívame; pues esta realidad
es contagiosa -el éxtasis.

Poemas de Helena en Egipto

Fot. Hilda Doolittle in Egypt, 1923

Time Spent


Deaf Center, Time Spent

domingo, 14 de febrero de 2016

Quiero amor o la muerte


Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo, 
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

De la destrucción o el amor

Fot. Ellen Rogers

Leyendo

jueves, 11 de febrero de 2016

Consuelo


Las mujeres tampoco seducen a los hombres para sustraerles el poder, ni para ejercerlo bajo mano, ni para domesticarlos, ni para sacarles su dinero, ni para adquirir lo que desean.
Las mujeres ni siquiera quieren hijos de los hombres a los que abrazan para reproducirlos, ni para reproducirse a ellas mismas, ni con el proyecto de saciar su venganza lanzando a sus hijos a la conquista del mundo.
Las mujeres ni siquiera pretenden de los hombres una casa en la que aburrirse con ellos y donde envejecer.
Las mujeres necesitan a los hombres para que ellos las consuelen de algo inexplicable.

Pascal Quignard, Las solidaridades misteriosas
Ed. Galaxia Gutenberg, 2014
Trad. Ignacio Vidal-Folch

Fot. Frances Virginia Lee Harris of Woodville ca. 1903

Brindis


Brindo por todos los demonios, por las lujurias, pasiones, avaricias, envidias, amores, odios, extraños deseos, enemigos reales e irreales, por el ejército de recuerdos contra el que lucho: que nunca me den descanso.

Patricia Highsmith Brindis de Año Nuevo, 1946

Fot. Guy Bourdin, 1970

miércoles, 10 de febrero de 2016

Eso y su contrario


Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

Memoria, pasado, presente


Creo que el mundo está lleno de historias, que nuestras vidas están llenas de historias, pero que sólo en determinados momentos somos capaces de verlas o entenderlas. Hay que estar dispuesto a hallar el sentido de lo que te está ocurriendo. Casi todos nosotros, yo mismo incluido, vamos por la vida sin prestar mucha atención. De pronto ocurre una crisis, y nos cuestionamos todo lo que nos rodea, y en ese momento dejamos de pisar terreno firme. Creo que es en esos momentos que la memoria se convierte en una poderosa fuerza de nuestras vidas. Comienzas a explorar el pasado, e invariablemente te encuentras con una nueva lectura de ese pasado, lo entiendes de una manera nueva, y por ello eres capaz de enfrentarte al presente de una manera nueva.

Paul Auster, Experimentos con la verdad
Ed. Anagrama, 2006
Trad. Justo Navarro, Damián Alou y Mª Eugenia Ciocchini

martes, 9 de febrero de 2016

¿Por qué?


¿Por qué no me ubico en un lugarcito tranquilo y me caso y tengo hijos y voy al cine, a una confitería, al teatro? ¿Por qué no acepto esta realidad? ¿Por qué sufro y me martirizo con los espectros de mi fantasía? ¿Por qué insisto en el llamado? ¿Por qué me analizo? ¿Por qué me olvido de mi alma y no estrujo el pañuelito húmedo leyendo “Cuerpos y almas”? ¿Por qué no me visto con elegancia y paseo por Santa Fe del brazo de mi novio? ¡Ah! Sé que la vida es muy breve. Sé que no soy eterna. Pero, en realidad, no veo la muerte. La veo lejana. Digo cuarenta años pero no los veo. Veo un espacio inmenso. Veo millares de días. Sé que hay tiempo. Sé que amo mi alma. Me amo a mí. Amo mi cuerpo y lo besaría todo porque es mío. Amo mi rostro tan desconocido y extraño. Amo mis ojos sorprendentes. Amo mis manos infantiles.

Alejandra Pizarnik, Diarios
Ed. Lumen, 2013

lunes, 8 de febrero de 2016

Lo que decimos y callamos


El mundo entero está en lo que decimos… y enteramente iluminado por lo que callamos.

Daniel Pennac
Como una novela
Ed. Anagrama, 2006
Trad. Joaquín Jordá

Fot. Sıkıntı

domingo, 7 de febrero de 2016

Emociones


De todo lo que es efímero (y nada hay que no lo sea), cosecha sensaciones, esencias e intensidades. ¿Dónde buscar lo real? En ninguna parte fuera de la gama de las emociones. Lo que no sube hasta ellas es como si no existiera. Un universo neutro es algo más ausente que uno ficticio. Solamente el artista hace al mundo presente y solamente la expresión salva las cosas de su irrealidad fatal.

Emil Cioran, Breviario de los vencidos
Ed. Tusquets, 1998
Trad. Joaquín Garrigós

Fot: Man Ray
Lydia with mannequins (original crop), 1932

Guillaume Apollinaire

sábado, 6 de febrero de 2016

García Lorca


La Huerta de San Vicente en aquellos tiempos tenía una vista maravillosa […] Veíamos la sierra, el Albaicín, la ermita de San Miguel y la Alhambra, la torre de la Vela, la muralla de San Cristóbal, y estábamos entre el verdor de la vega. Muchas noches, sobre todo cuando Federico y Paco no salían, nos sentábamos en la terraza, a veces con jerseys y hasta con mantas, charlando y viendo las estrellas, sin luz ninguna. […]

Teníamos un gramófono y Federico ponía muchos discos de música clásica, sobre todo de Bach y Mozart, y cante jondo. […] Hay que decir que si él no pedía silencio, nosotros también sufríamos su insistencia en oír una y otra vez la misma música. Federico se encerraba en su cuarto largas horas, pero aparecía al menor reclamo. No se perdía visita. Si venía gente del campo a ver a mi padre, Federico bajaba y estaba presente, siempre callado; él, tan hablador, tan brillante hablador, había muchas ocasiones en que estaba totalmente en silencio. Sin duda porque algo estaba aprendiendo. Un día un campesino contó a mi padre los problemas de su hijo, y Federico dijo: “Qué maravilla, cómo lo ha contado”. […]

A Federico, ya era el año 25, lo considerábamos abiertamente un escritor…

Isabel García Lorca, Recuerdos míos
Ed. Tusquets, 2002

Fot. Federico García Lorca enseñando a leer a su hermana.

Breakfast at Tiffanys


Somos un par de seres que no se pertenecen, un par de infelices sin nombre, porque soy como este gato, no pertenecemos a nadie. Nadie nos pertenece, ni siquiera el uno al otro.

Ed. Anagrama, 2006
Trad. Enrique Murillo

viernes, 5 de febrero de 2016

Amado sea


¡Amado sea aquel que tiene chinches, 
el que lleva zapato roto bajo la lluvia, 
el que vela el cadáver de un pan con dos cerillas, 
el que se coge un dedo en una puerta, 
el que no tiene cumpleaños, 
el que perdió su sombra en un incendio, 
el animal, el que parece un loro, 
el que parece un hombre, el pobre rico, 
el puro miserable, el pobre pobre!
... 
el que tiene hambre o sed, pero no tiene 
hambre con qué saciar toda su sed, 
ni sed con qué saciar todas sus hambres! 

Traspié de dos estrellas

Fot. Retrato de César Vallejo,
anónimo

Lágrimas

jueves, 4 de febrero de 2016

Soledad


La vida es soledad, pese a todos los opiáceos, pese a las máscaras risueñas que todos nos ponemos. Y cuando al fin encuentras a alguien a quien crees que podrás mostrar tu alma, te detienes asustado por tus propias palabras… palabras tan apagadas, tan feas, tan vacías y débiles… por haber permanecido tanto tiempo en tu angosto y oscuro interior. Sí, existe la alegría, la satisfacción y el compañerismo… pero la soledad del alma en su pasmosa timidez es abrumadora y espantosa. 

Borges, Sabato, Cortázar

miércoles, 3 de febrero de 2016

Todo


Todo:
palabra impertinente y henchida de orgullo.
Habría que escribirla entre comillas.
Aparenta que nada se le escapa,
que reúne, abraza, recoge y tiene.
Y en lugar de eso,
no es más que un jirón de caos.

Wislawa Szymborska
Todo

Fot: Mary MacLaren in Shoes, 1916

Instrucciones para llorar


Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia dentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Julio CortázarInstrucciones para llorar
Incluido en Historias de cronopios y de famas, 1962
Ed. Edhasa, 1998