miércoles, 30 de noviembre de 2016

Cada latido



Pequeños sucesos

A veces
la vida se interrumpe
para advertirnos
de la peligrosa tentación de la renuncia:
una inocente miga de pan
te descubre,
primero,
la oscura inmediatez

y rápidamente
la prisa en cada paso.

En tiempos de duda
cada latido
es la decisión que justifica toda nuestra existencia.

La primera vez que vi un animal muerto
Ed. Difícil

martes, 29 de noviembre de 2016

Prioridad


Prioridad

Debería ser muy sencillo. Haces lo que puedes cuando está despierto, luego, cuando esté dormido, haces lo que sólo puedes hacer cuando está dormido, comenzando por lo más importante. Pero no es tan sencillo.

Te preguntas qué es lo más importante. Debería ser fácil decir qué tiene prioridad y ocuparte de ello. Pero no sólo una cosa tiene prioridad, tampoco dos o tres. Cuando muchas cosas tienen prioridad, ¿cuál de esas cosas que tienen prioridad recibe prioridad?

Cuando tienes tiempo para hacer algo, cuando está dormido, puedes escribir una carta que tiene que escribirse inmediatamente pues muchas cosas dependen de ella. Pero, bien, si escribes la carta, tus plantas no tendrán agua y es un día muy caluroso. Ya las pusiste afuera en el balcón con la esperanza de que la lluvia se ocupara de ellas, pero este verano casi no ha llovido. Ya las metiste del balcón con la esperanza de que si no están expuestas al viento no necesitarán ser regadas tan seguido, pero de todos modos tendrían que regarse.

Y, bien, si riegas las plantas, no escribirás la carta, de la que dependen muchas cosas. Tampoco acomodarás la cocina y la sala, y luego te sentirás confundida y frustrada por el desorden. Hay una mesa cubierta de listas de compras y unos vasos de cristal que tu esposo compró en una oferta de liquidación. Debería ser muy sencillo guardar los vasos, pero no puedes guardarlos hasta que los laves, no puedes lavarlos hasta que no haya platos sucios en el fregadero, y no puedes lavar los platos hasta que destapes el desagüe . Y si comienzas por el desagüe , puede que no avances, mientras duerme, más allá de lavar los platos.

Puedes decidir que las plantas tienen prioridad pues, a final de cuentas, están vivas. Luego puedes decidir, ya que tienes que encontrar una manera de organizar tus prioridades, que todo lo que tenga vida en la casa tendrá prioridad, comenzando por el ser humano más joven y pequeño. Eso debería quedar muy claro. Pero aún así, aunque sepas exactamente cómo cuidar al ratón, al gato, a las plantas, no estás segura de cómo darle prioridad al bebé, al hijo mayor, a ti misma y a tu esposo. Ciertamente es verdad que mientras más grande y vieja sea la cosa con vida resulta más difícil saber cómo cuidarla.

Lydia Davis   Cuentos completos
Edit. Seix Barral
Trad. Justo Navarro
Foto: Daniel Murtagh

lunes, 28 de noviembre de 2016

Gente


Sólo me interesa la gente con un sentido poético, los que son capaces de contar un cuento a un niño de cuatro años y mantener su atención, los que sienten un fuego en su interior. Sólo me interesan aquellos que encuentran la razón de subir un barco por una montaña. A los demás les ruego que sigan con sus vidas y se alejen de mi camino.

Werner Herzog
La conquista de lo inútil
Ed. Blakie Books
Trad. Juan Carlos Silvi

Fot. Edward Weston
Nahui Olin 1923

domingo, 27 de noviembre de 2016

Patinando



La vida diaria era un continuo deslizarse sobre un hielo demasiado frágil, un patinar incesante de insectos acuáticos sobre la piel invisible de la profundidad. Una pisada demasiado fuerte , un esfuerzo violento y se caía dentro del elemento sofocador y desconocido. Esto del amor, por ejemplo, no era posible pensar en ello. Solamente aguanta el peso de quienes no se detienen a pensar.  Pero era necesario pensar, era necesario quebrar la frágil superficie y hundirse en las profundidades. No obstante lo cual, persistimos con desesperada locura en seguir patinando.

Aldous Huxley  Arte, amor y todo lo demás, 1925

sábado, 26 de noviembre de 2016

Un fenómeno óptico



A Sonsoles y a Javier

Naufragas suavemente, pero no,
es que el amor contagia un laberinto,
una filosofía resumida en espejos
que debes ignorar.
e ignorar los augurios
como pájaros de oro
que vuelan en el fondo de tu taza de té:
¿buenos augurios de un amor como el pezón de un ángel
o collares de lagrimas?
no lo vas a saber.
Ni siquiera te ocupes en precisar si
sientes
exactamente amor:
nadie duerme con una polaroid sobre la almohada
por comprobar si sueña o no sus sueños,

me explicaré mejor:
el amor es acaso un fenómeno óptico
que desaparecerá cuando al buscarlo forcemos la atención.
además
nada hace prever su aparición, nada lo explica,
es como anoche: en el mar
de las conversaciones y los gestos
ella encontró mi mano (me temblaron los párpados
como agua al empezar a hervir),
o como en aquel paisaje
desolado y sin una sola flor
cuando al mirar por la cerradura de una casa ruinosa
vi el verde inconcebible y la sombra de un árbol.

Instrucciones para blindar un corazón
Ed. Tansonville, 2009

Fot. Arthur F. Rice
 Alla Nazimova. in Shadowland
December 1922

viernes, 25 de noviembre de 2016

Isla


Fin y principio
alcanzándome en su ola.
-Repetida ola,
qué extraña costa es ésta
tan desolada, qué isla.

Juan Fuentes
Tiempo volar
Ed. Piedra y cielo.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Desierto



El desierto terrible arde todo por el amor de una hierbecilla; y ella le dice que no con la cabeza, y se ríe, y se va volando.

Rabindranath Tagore   Pájaros Perdidos
Ed. Renacimiento, 2011
Trad. Zenobia Camprubí Aymar

Fot. Melih Dönmezer

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Escribir


Escribir es un asunto de devenir, siempre inacabado, siempre en curso, y que desborda cualquier materia vivible o vivida. Es un proceso, es decir, un paso de vida que atraviesa lo vivible y lo vivido.

Gilles Deleuze  La literatura y la vida
Ed. Alción, 2006
Trad. Silvio Matón

martes, 22 de noviembre de 2016

Consejo


El mundo fluye sobre lo inútil

Olas nacidas para repetirse a sí mismas,
balbuciendo eternas excusas
a las gaviotas que recorren la costa.
O tú, viento racheado, molestando a esos pinos
con tu oratoria salvaje.

Incluso tú, oscuridad que llegas,
y tú, arbusto seco rodando
a través de un pueblo fantasma
con la chinche que sólo vive un día
sobre una cortina rota
y un cielo lleno de nubes blancas.

Una foto rasgada tras otra
cuyas partes no encajan –¿y por qué
habrían de hacerlo, lúgubres rumores,
con todo vuestro aderezo de estupidez?–.
Siempre que acudí al mar y al cielo
en busca de consejo, esto es lo que obtuve.

Mi séquito silencioso
Ed. Vaso Roto Ediciones, 2014
Trad. Antonio Albors

Fot. Jock Sturges

lunes, 21 de noviembre de 2016

Leyendo a Freud


Leyendo a S. Freud

Leo en un viejo ensayo de Freud:
"La vida siempre provoca malestar".
¿De modo que esta desazón
estas ganas de huir a ningún lado
este aburrimiento de la gente
y aun de las cosas amadas
este malhumor matinal

eran, a fin de cuentas, la vida?

Poesía reunida
Ed. Lumen, 2005

Ella


Ella vive de pie sobre mis párpados
Sus cabellos están entre los míos
Tiene la forma exacta de mis manos
Y el color de mis ojos que la miran
Ella se hunde entre mi propia sombra
Como una piedra en el azul del cielo.

Ella tiene los ojos siempre abiertos
Y me impide dormir con su mirada
A plena luz sus sueños luminosos
Hacen evaporar todos los soles
Sus sueños me hacen sollozar, reír
Y hablar sin tener nada que decir...

La enamorada

Fot. Man Ray
Paul Éluard y Nusch, 1939

domingo, 20 de noviembre de 2016

Utilidad y belleza


Es razonable pensar que las creaciones del hombre están hechas, o bien con vista a su cuerpo, y éste es el principio llamado utilidad o bien con vista a su alma, y ésto es lo que el hombre busca bajo el nombre de belleza.

Paul Valéry Eupalinos o el arquitecto
Ed. Antonio Machado, 2001
Trad. José Luis Arantegui Tamayo


No basta


Sentarse y mirar el agua no basta para cruzar el océano

sábado, 19 de noviembre de 2016

Posibilidad



Si existe el sentido de la realidad, debe existir también el sentido de la posibilidad. Cabría definir el sentido de la posibilidad como la facultad de pensar en todo aquello que podría igualmente ser, y de no conceder a lo que ya es más importancia que a lo que aún no es.

Robert Musil, El hombre sin atributos
Ed. Seix Barral 2004
Trad. José María Sáenz

Fot. Robert Kipniss. 1976

El libro


El libro

Irás naciendo poco
a poco, día a día.
Como todas las cosas
que hablan hondo, será
tu palabra sencilla.

A veces no sabrán
que dices. No te pidan
luz. Mejor en la sombra
amor se comunica.

Así, incansablemente,
hila que te hila.

Quinta del 42, 1952

viernes, 18 de noviembre de 2016

Otro sitio




He soñado primaveras lejanas, un sol que no alumbraba más que la espuma de las olas y el olvido de mi nacimiento, un sol enemigo del sol y de ese mal de no encontrar mas que el deseo de estar en otro sitio.

Emil Cioran  Breviario de podredumbre
Ed. Punto de lectura, 2001
Trad. Fernando Savater

Fot. Veronica Ebert

Deliberadamente



A veces, cuando yo, Anna, recuerdo el pasado, siento ganas de reír descaradamente. Es la risa horrorizada y envidiosa de la convicción de mi inocencia. Ya no volvería a ser capaz de tal grado de confianza. Yo, Anna, no iniciaría una aventura con Paul… ni con Michael. Pero si lo hiciera, empezaría esa aventura pensando que era sólo eso, una aventura, y teniendo una idea exacta de sus consecuencias. Iniciaría una relación deliberadamente estéril y limitada.

Doris Lessing  El cuaderno dorado
Ed. Debolsillo, 2010
Trad. Helena Valentí

jueves, 17 de noviembre de 2016

Heridas


Llevo encima las heridas de todas las batallas que he evitado.

Memoria poética


El amor empieza en el momento en que una mujer inscribe su primera palabra en nuestra memoria poética.

Milan Kundera, La insoportable levedad del ser
Ed. Tusquets, 1993
Trad. Fernando Valenzuela

Video: Philip Kaufman, La insoportable levedad del ser, 1988 , con Juliette Binoche

miércoles, 16 de noviembre de 2016

Estar a la altura


No podemos estar a la altura.
Todos los días algo nos trasciende.
Cada vez es más profundo el misterio de la noche,
su corazón negro llorando oscuridad.
Cada vez más salvaje la necesidad de amar
sin desgarrarse.


Anna de Noailles‘s hands,
Paris, 1931

¿Quién?


Al mirar atrás, el crítico ve la sombra de un eunuco. ¿Quién sería crítico si pudiera ser escritor? ¿Quién se preocuparía de calar al máximo en Dostoievski si pudiera forjar un centímetro de los Karamazov, o reprobaría la altanería de Lawrence si pudiera dar forma al huracán de El arco iris? […] ¿Quién querría ser crítico literario si pudiera poner los versos a cantar, o componer, a partir de su propio ser mortal, una ficción viva, un personaje perdurable?

George Steiner, Lenguaje y Silencio
Ed. Gedisa, 2013
Trad. Miguel Ultorio

lunes, 14 de noviembre de 2016

Nudos


Imita lo menos posible a los hombres en su enigmática enfermedad de hacer nudos.

René Char, Los Matinales
Ed. Galaxia Gutemberg, 2005
Trad. Jorge Riechmann

Una mota de polvo


Al fin y al cabo un hombre
es un poco de arena entre los dientes,
en el mejor de los casos, a veces,
una mota de polvo en una lágrima.


domingo, 13 de noviembre de 2016

Esperanza


Lo que al día le pido ya no es
que me cumpla los sueños, que me entregue
los deseos cumplidos de otros días
porque al fin he aprendido que los sueños
son igual que las alas de un insecto
y al tocarlos el hombre se deshacen;
y es que un sueño al cumplirse es otra cosa
que no ayuda a volar.
Lo que al día le pido es ese sueño
que al rozarlo se parta en otros sueños
lo mismo que una bola de mercurio
y que brille muy lejos de mis manos.
Lo que al día le pido empieza a ser
más difícil incluso de alcanzar
que los sueños cumplidos, porque exige
la fe antigua en los sueños.
Lo que al día le pido es solamente
un poco de esperanza, esa forma modesta
de la felicidad.

Sueño


El sueño tiene la estructura de una frase.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Amar


Amar 
es arrancarse 
de las sábanas 
desgarradas por el insomnio. 
El amor 
no es un paraíso de dulzura; 
es el asalto rugiente 
de una tempestad 
de fuego 
y de agua.

Sí, sí, calladito, calladito


      Sí, sí, calladito, calladito

UN LOCO DE LOS DE POR AQUÍ

Mañana me levantarán a gritos
para la ducha, y mi mano derecha
abrazará a la izquierda
y caerá la lluvia
sobre mi estómago
y la tiniebla
me abrazará otra vez
y será la penitencia soportarme
como la andadura del sueño
hecho para no nacer: porque soy
un sacerdote de la nada
y todos los días fingiré que existo. 


Fot. Emery P. Reves-Biro

viernes, 11 de noviembre de 2016

En aquellos instantes de dichosa paz


Yo temía la intrusión de cualquier pensamiento, de cualquier idea que, irrumpiendo en aquellos instantes de dichosa paz, pudiese llegar a inhibirlos, a transformarlos en una fuente de tristeza. Pensé también en aquel largo viaje emprendido hacía tanto tiempo desde aquel mismo lecho, desde la noche distante en que lo habíamos compartido, a través de tantos climas, tantas tierras, que nos había devuelto una vez más a nuestro punto de partida, al devorador campo magnético de la ciudad. Un nuevo ciclo que se abría al conjuro de los besos y las caricias deslumbradoras que ahora podíamos compartir. ¿Adónde podría llevarnos? Recordé unas palabras de Arnauti, escritas a propósito de otra mujer, con un contexto muy distinto: “Uno se dice que lo que tiene entre sus brazos es una mujer; pero si la contempla dormida advertirá que la criatura crece sin cesar: verá en el rostro amado, eternamente misterio, el perfecto e infalible florecimiento de las células, repitiendo hasta el infinito el delicado promontorio de la nariz humana, una oreja copiada de una concha marina, cejas dibujadas como helechos, labios inventados por bibalvos durante su unión de sueño. Pero este crecimiento es humano, lleva un hombre que atraviesa el corazón, y que promete el sueño demente de una eternidad que el tiempo desvirtúa a cada instante. ¿Y si la criatura humana fuese una ilusión? ¿Si, como dice la biología, cada célula de nuestro cuerpo es reemplazada por otra cada siete años? En el mejor de los casos, tengo entre mis brazos una fuente de carne, un juego incesante; y mi mente es un arcoiris de polvo”. Entonces, desde otro punto del compás, oía la voz agria de Puserwarden que decía: “¡No existe el Otro; sólo existe uno afrontando eternamente el problema del descubrimiento de sí mismo!”.

Lawrence Durrell  
El cuarteto de Alejandría IV, Clea
Ed. Edhasa, 2008
Trad. Matilde Horne

jueves, 10 de noviembre de 2016

Le dije


"La primavera
es tan corta...", le dije,
y entre mis pechos,
rebosantes de vida,
enterré yo sus manos.

Un mar inédito


La palabra surge del silencio, como un mar inédito.

Juan Fuentes
Tiempo volar
Ed. Piedra y Cielo.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Diferencias


Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse. (...) Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía; la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil, pero brutal...

Truman Capote
Fragmento del Prefacio de Música para camaleones
Ed. Anagrama, 2006
Trad. Benito Gómez Ibáñez

Leyendo


martes, 8 de noviembre de 2016

Poema imposible



El poema que quiero escribir es imposible.
Una piedra que flota.

Recordar


Comedor de loto.

El paisaje que miro me corrige cuando cierro los ojos por cansancio o desidia. Nunca la realidad pudo ser sustentada sin aportar su parte de ficción. ¿No es lo visible ya lo menos verosímil?
La estrofa de la luz invierte mientras tanto su trayecto y en el desmemoriado litoral de la sombra acabo refugiándome como si desandara el tiempo que me queda. También quien retrocede encontrará el futuro. Renuncio en todo caso a recordar: vendo mi alma al corrector supremo de esta prueba.

José Manuel Caballero Bonald  Comedor de loto
Incluido en Descrédito del héroe y Laberinto de Fortuna
Ed. Visor Libros, 1993

lunes, 7 de noviembre de 2016

Leyendo


En alabanza a mi útero



En mi interior todos son un pájaro.
Estoy batiendo todas mis alas.
Querían cortarte
pero no lo harán.
Decían que estabas desmesuradamente hueco
pero no lo estás.
Decían que te encontrabas mortalmente enfermo
y se equivocaron.
Como colegiala cantas.

En alabanza a mi útero

domingo, 6 de noviembre de 2016

Leyendo


Fot. Bert Hardy

La belleza del mundo



Y la belleza del mundo se inclinó allí
En el susurro del cielo nocturno,
Ella reflejaba su cuerpo en el agua atrapada y traviesa,
que se ramifica entre las piedras.
Ella acercaba su boca y respiro
a aquellos ojos de él sin luz. A ella le gustó
la retirada de su túnica aún cerrada
lisa bajo la espalda el pecho aún más claro,
el día estaba rompiendo a tu alrededor, en el espejo, y el sol
plegaba tu nuca desnuda con una niebla roja.
Pero ahora
aquí estoy fuera de la casa en la que nada se mueve
ya que ella no es más que un sueño. Voy, dejo
en cualquier lugar, contra un muro, bajo las estrellas,
este espejo de nuestras vidas. Que el rocío
de la noche se condense y fluya sobre la imagen.

Lo que fue sin luz, Gallimard

sábado, 5 de noviembre de 2016

Carta a los Poderes



No podemos vivir eternamente rodeados de muertos y de muerte.
Y si todavía quedan prejuicios hay que destruirlos.
EL DEBER
digo bien
EL DEBER
del escritor , del poeta, no es ir a encerrarse cobardemente en un texto, un libro,
una revista de los que ya nunca saldrá, sino al contrario, salir afuera
para sacudir
para atacar
al espíritu publico
si no
¿para qué sirve?
¿y para qué nació?

Antonin Artaud  Carta a los Poderes
Ed. Argonauta, 2003
Trad. Mario Pellegrini

viernes, 4 de noviembre de 2016

Geografía de la Aurora


Geografía de la Aurora

Y las piedras preciosas, esas grutas de esmeraldas que nacen en sueños y al soñante acogen tan de verdad que éste conserva en la vigilia las huellas del tacto, a veces hecho memoria tanto o más que un lugar simplemente natural; y el color que sin nombre sostiene la retina por años, por duraciones sin fin, ese color visto tan sólo en sueños y ese felicísimo estar en la gruta, y aun el poder volver a ella encontrándola en tierras lejanas bañadas por otra luz. ¿Cómo suceden, cómo están ahí asequibles aunque no enteramente, y sin sombra alguna de terror, cosa tan extraña a toda gruta desconocida, por insignificante que sea? Este no tener, y no esperar, este estar sin esfuerzo alguno, esta patria perdida o esperada, donde se ha entrado sin saber cómo ni por qué, sin esperanza ni temor. Y ese vivir sin anhelar, ni apetecer, sin añorar sin soñar, duerme al fin en su gruta sin soñar señor alguno, que le haya herido y sin soñarse él a sí mismo, olvidado de toda herida.
El ciervo reposa sin herida, apoyada su cabeza sobre una piedra, flor azul.

María.Zambrano  Geografía de la Aurora
De la Aurora
Ed. Turner, 1986

jueves, 3 de noviembre de 2016

Llueve



Llueve en toda la tierra
Pero más
En mi morada.


Haiku de las estaciones
Ed. Hiperión, 2016
Edición de Alberto Manzano

Como quiera suceder


este amor está pasando
es decir que sucede pero también
que se borra comiéndose su tiempo
lo digo casi feliz pero con suspicacia
sé que en las palabras se esconde la tendencia
de hacer a las cosas ser definitivas un fulgor
medicinal por conservarse
una pestilencia a formol a etrescientosnosecuantos
y el amor en conserva es una lata
es mejor abrirlo a la intemperie que suceda
como quiera suceder que duela o vuele o se consuma
que viva su tiempo sin pedir ser nombrado tampoco defendido
menos aún refrigerado asistido protegido analizado
su poder es no poder
ser mirado a distancia el amor y los paisajes
no resisten la sintaxis ni la fotografía

Carlos Vidania
47 poemas
inédito

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Desgarro



Las orillas

Me es hermoso el desgarro porque une las orillas, 
nos concentra 
en desdoblarnos siempre para poder ser uno. 
(Es un número, el uno, que traiciona 
cuando finge ser punto de partida). 
Necesario el desgarro, 
porque renuncia a hundirse 
pero ama los pozos 
y nos tiende sus manos como dos hemisferios. 

Con el pulso ambidiestro 
navego celebrando los puntos cardinales 
que mudarán mi origen, 
y sucede el naufragio porque debe 
y la vida es el barco 
y yo soy el ahogado y el mismo que me salva.

El tobogán
Ed. Hiperión, 2002

Ruidillo


Para morir basta un ruidillo,
el de otro corazón al callarse.

Vicente Aleixandre

Fot. Jan de Meyere

martes, 1 de noviembre de 2016

Leyendo


Deseo


Su vestido ligero y flotante estaba tan abierto por la espalda que cada vez que la ahuecaba por un movimiento de sus omóplatos prominentes, Van, que se había aproximado al taburete tanto como se lo permitía la prudencia, podía ver hasta el coxis su ensilladura marfileña y respirar todo el calor de su cuerpo. Con el corazón saltándole en el pecho, y la mano lamentablemente hundida en el bolsillo del pantalón, se inclinaba sobre ella, mientras ella se inclinaba sobre su obra, y permitía a sus labios sedientos que se deslizasen ingrávidamente desde la cabellera tibia a la ardiente nuca. Era la sensación más dulce, más poderosa, más misteriosa que nunca había experimentado. En la sórdida lujuria del invierno anterior nada podía haberle hecho presentir aquella ternura acariciadora, aquel desconsuelo del deseo. Hubiera querido permanecer indefinidamente sobre la redondez exquisita de la pequeña protuberancia ósea que destacaba por debajo de su nuca, si ella, indefinidamente, hubiera mantenido la cabeza inclinada, y si el pobre muchacho hubiese sido capaz de soportar por más tiempo el éxtasis de aquel contacto en su boca, convertida en cera inmóvil, sin apretujarse contra la chica en un loco abandono.


Vladimir Nabokov
Ada o el ardor
Ed. Anagrama, 2006
Trad. David Molinet