miércoles, 17 de agosto de 2016

Todo está ahí y nada ha ocurrido


Muy pronto en mi vida fue demasiado tarde. A los dieciocho años ya era demasiado tarde. Entre los dieciocho y los veinticinco mi rostro emprendió un camino imprevisto. A los dieciocho años envejecí. (…)

Diré más, tengo quince años y medio.

El paso de un transbordador por el Mekong.

La imagen persiste durante la travesía del río.

Tengo quince años y medio, en ese país las estaciones no existen, vivimos en una estación única, cálida, monótona, nos hallamos en la larga zona cálida de la tierra, no hay primavera, no hay renovación. (…)

No son los zapatos la causa de que, ese día, haya algo insólito, inaudito, en la vestimenta de la pequeña. Lo que ocurre ese día es que la pequeña se toca la cabeza con un sombrero de hombre, de ala plana, un sombrero de fieltro flexible de color de palo de rosa con una ancha cinta negra.

La ambigüedad determinante de la imagen radica en ese sombrero. (…)

En el transbordador, junto al autocar, hay una gran limusina negra con un chófer con librea de algodón blanca. Sí, el coche mortuorio de mis libros. Es el Morris Léon-Bollée. (…)

En la limusina hay un hombre muy elegante que me mira. No es un blanco. Viste a la europea, lleva el traje de tusor blanco propio de los banqueros de Saigón. Me mira. Ya estoy acostumbrada a que me miren. Miran a las blancas de las colonias, y a las niñas blancas de doce años también. Desde hace tres años los blancos también me miran por las calles y los amigos de mi madre me piden amablemente que vaya a merendar a su casa a la hora en que sus mujeres juegan tenis en el Club Deportivo. (…)

Quince años y medio. El cuerpo es delgado, casi enclenque, los senos aún de niña, maquillada de rosa pálido y de rojo. Y además esa vestimenta que podría provocar risa pero de la que nadie se ríe. Sé perfectamente que todo está ahí. Todo está ahí y nada ha ocurrido aún, lo veo en los ojos, todo está ya en los ojos. (…)

La pequeña del sombrero de fieltro aparece a la luz fangosa del río, sola en el puente del transbordador, acodada en la borda. El sombrero de hombre colorea de rosa toda la escena. Es el único color. Bajo el sol brumoso del río, el sol del calor, las orillas se difuminan, el río parece juntarse en el horizonte.


Marguerite Duras  El amante
Ed. Tusquets, 1994
Trad. Ana Maria Moix

Fot. Marguerite Duras, 1930´s, anónima

Lento en la sombra


La primavera o el invierno pasados vi un corto de Abbas Kiarostami, filmado desde una sola posición -así me parece ahora-, que duraba quizá veinte minutos, a la orilla del mar Caspio, arriba en el norte de Irán. Solo se veían las olas que rompían con bastante suavidad, en ellas luego un pedazo de madera, traído alguna vez por el mar hasta la arena de la orilla, luego vuelto a ser llevado por el agua, etcétera, etcétera. Después de un tiempo tan largo como corto, el pedazo de madera se partía -"repentinamente"- y ahora eran dos maderitas las que se balanceaban juntas. Y al final, una de las dos era arrastrada por la corriente, hacia alta mar. Y eso era toda la película.

"El cuervo negro / se escruta asombrado / en la estepa nevada". "Golpeteo del granizo / sobre el nimio huevo de gorrión". "La pequeña manzana / gira / en el remolino de la pequeña cascada". "El ciego / pregunta al escolar / por la hora". "La botella rota / llena hasta el borde / con lluvia de primavera". "Desde hace años / erro por ahí / como un tallo de paja / entre las estaciones del año". (¿Tú también?). "Siempre incompletos / quedan los diálogos conmigo mismo". (¿Los tuyos también?). 
"Mis zapatos se mojan / al atravesar / el campo de tréboles". (Los míos también). "Una mujer embarazada  / llora silenciosa  / en la cama de un hombre que duerme"…
El breve -pero no pequeño- poema de Nicolas Born "En el tren Atenas-Patras" termina con la línea: "pequeñas cancioncitas, zumben". "Pequeña imagencita, vuela… "

Peter Handke  Lento en la sombra
Ed. Eterna Cadencia, 2012
Traducción de Ariel Magnus

Fot. Retrato de Peter Handke, anónimo