No eres más que una sombra turbia, un duro núcleo de indiferencia, una mirada neutra que rehúye las miradas. Con labios mudos, ojos apagados, sabrás en adelante identificar en los charcos, en los cristales, sobre las carrocerías relucientes de los auto-móviles, los reflejos fugitivos de tu vida detenida.
George Perec, Un hombre que duerme
Ed. Impedimenta, 2009
Trad. Mercedes Cebrián
Edouard Boubat, Lella au Concarneau, 1948