Amamos por una sonrisa, por una mirada, por un hombro; entonces, en las largas horas de espera o de tristeza, fabricamos una persona y componemos su forma de ser. Y cuando, más adelante, tratamos a la persona amada, no podemos ya, por mucho que nos veamos ante una cruda realidad, quitarle esa forma de ser bondadosa, (...) como tampoco podemos, cuando envejece, quitarle a alguien la primera cara que llevamos conociendo desde que era joven.
Marcel Proust, En busca del tiempo perdido
Ed. Alianza, 2011
Trad. Pedro y Jaime Salinas
Fot. Karel Šmirous
Autochrome of painter Henri-Ernest Rioux & his wife
Marseille, France, 1908