Rainer Maria Rilke leyendo
jueves, 15 de marzo de 2018
Disparo
Disparo
El tiempo se rompe como un vaso.
Puedo juntarlo con las manos y admirar
el mundo en sus cristales rotos.
O puedo juntar las manos como quien reza.
No juntar más que mis manos.
Apuntar con los dedos a mi pecho
disparando sin darme muerte.
Tan sólo acomodarlas allí
como a dos palomas débiles y frías
después de una vida de lluvia.
Volver a existir
En los suelos de la cubierta, en las paredes del barco, en el mar, con el recorrido del sol en el cielo y el del barco, se dibuja, se dibuja y se diluye con la misma lentitud, una escritura ilegible y desgarradora de sombras, de aristas, de trazos de luz rasgada remendada en los ángulos, triángulos de una geometría fugitiva que se desmorona al capricho de la sombra de las olas del mar. Para después, otra vez, incansablemente, volver a existir.
Marguerite Duras
El amante de la China del Norte
Ed. Tusquets, 1998
Trad. Beatriz de Moura
Fot. Lothar Osterburg
Suscribirse a:
Entradas (Atom)