sábado, 24 de diciembre de 2016

Paseo


Las hojas de los cerezos eran de un rojo incandescente, herido, doloroso, pero a la vez bello, que reconciliaba y alegraba. Los prados y arboledas parecían a menudo envueltos en velos y paños mojados (…) Se olían los árboles al caminar bajo ellos, se oía caer la fruta madura sobre los prados y senderos. Todo parecía doble o triplemente silencioso.

Robert Walser  El ayudante
Ed. Siruela, 2010
Trad. Juan José del Solar.

En la foto Walser en uno de sus habituales paseos.