Paisaje cambiante
Uno tiene que saber irse
y sin embargo, ser igual que un árbol:
como si se quedasen las raíces en el suelo,
como si se moviese el paisaje
y nosotros nos quedásemos parados.
Aguantar la respiración
hasta que cese el viento
y el aire ajeno empiece al rodearnos,
hasta que el juego de luz y sombra,
de azul y verde,
muestre los viejos patrones
y estemos como en casa
donde sea,
y podamos sentarnos y recostarnos
como si fuera la tumba
de nuestra madre.
Hilde Domin
de Sólo una rosa como apoyo, 1959
de Sólo una rosa como apoyo, 1959
En Canciones para dar aliento (2018)
editorial Llantén
editorial Llantén
Traducción Geraldine Gutiérrez Wienken