EN CONCLUSIÓN
Yo vivo sobre el agua,
solo. Sin hijos ni mujer.
He dado vueltas a todo lo posible
para llegar a esto:
una humilde casa junto al agua gris,
con las ventanas siempre abiertas
al mar picado. No escogemos tales cosas,
pero somos lo que hemos hecho.
Sufrimos, y los años pasan,
perdemos peso, pero no nuestra necesidad
de llevar algo a cuestas. El amor es una piedra
que se asentó en el lecho del mar
bajo las aguas grises. Ahora no necesito nada
de la poesía, salvo el sentimiento genuino,
no la piedad ni la fama ni la curación. Esposa tácita,
podemos sentarnos a observar el agua gris,
y en una vida bañada por las aguas,
de la mediocridad y la basura
vivir como las rocas.
Yo olvidaré cómo se siente,
desaparecerá mi talento. Eso es más grande
y más difícil que aquello que pasa allá por vida.
Derek Walcott
De: “Uvas de la playa” 1976
Trad: José Luis Rivas
Recogido en la antología
“Pleno verano – Poesía selecta”
Vaso Roto Ediciones
Fot: Casa Malaparte