domingo, 27 de mayo de 2018

Almas


Me parece muy razonable la creencia celta de que las almas de aquellos que hemos perdido están cautivas en algún ser inferior, una bestia, un vegetal, una cosa inanimada, perdidas en efecto para nosotros hasta el día, que para muchos nunca llega, en el que pasamos junto a un árbol, y entramos en posesión del objeto que es la prisión de esas almas. Entonces ellas se estremecen, nos llaman, y tan pronto como las hemos reconocido, se rompe el hechizo. Liberadas, vencen a la muerte y regresan a vivir con nosotros. Así sucede con nuestro pasado. No vale la pena que intentemos evocarlo, todos los esfuerzos de nuestra inteligencia son inútiles. Está escondido fuera de su dominio y de su alcance, en algún objeto material (en la sensación que nos procuraría ese objeto material) que ni siquiera sospechamos. Depende del azar que encontremos ese objeto antes de morir, o que no lo encontremos, jamás.

Marcel Proust
En busca del tiempo perdido
Ed. Alianza, 2016
Trad. Pedro Salinas, Consuelo Bergés

Retrato de una sombra


Tus ojos, huellas de luz de mis pasos;
tu frente, temida por el brillo de las dagas;
tus cejas, travesía de las pérdidas;
tus pestañas, mensajeros de cartas largas;
tus rizos, cuervos, cuervos, cuervos;
tus mejillas, campo de armas de la mañana,
tus labios, huéspedes tardíos;
tus hombros, estatua del olvido;
tus pechos, amigos de mis serpientes;
tus brazos, árboles ante la puerta del castillo;
tus manos, tablas de juramentos muertos;
tus caderas, pan y esperanza;
tu sexo, ley del incendio del bosque;
tus muslos, alas en el abismo;
tus rodillas, máscaras de tu cortesía;
tus pies, campos de batalla de las ideas;
tus plantas, gruta del fuego;
la huella de tu pie, el ojo de nuestra despedida.

Retrato de una sombra
Versión de José María Pérez Gay