Nada tengo en contra de que la gente encadene su vida a un suceso en particular y de cierta relevancia para que su vida tenga más sentido. Bien sabe Dios que necesitamos de todos los puntos de apoyo que podamos encontrar en la montaña de cristal de nuestra existencia. El problema radica en que por mucho que escalemos al llegar a la madurez descubrimos que nos hemos pasado la vida en el mismo lugar. Creíamos que seríamos alguien hasta que nos convertimos en el don nadie que somos. Os lo digo porque lo sé.
Jeanette Winterson Travesía por el Atlántico
El mundo y otros lugares
Ed. Lumen 2015
Trad. Alejandro Palomas
Fot. Miho Kajioka