jueves, 21 de abril de 2016

El ingenio de la arcilla


Con tus dedos polvorientos rozaste lo indecible.
Extrajiste el ingenio de la arcilla,
la pureza del yeso y la caliza.
Esculpiste en la piedra su cisura
para atisbar en su corte los cimientos.
Tallaste el enigma del lento amanecer.
Robaste al sueño su desvelo
para moldear la transparencia.
Arrancaste del mármol su irisada nobleza
y del herrumbroso fósil la raíz.
Hoy tu rictus es polvo del granito.

Marga Clark
dedicado a su tía Margarita Gil Roësset
El olor de tu nombre
Huerga y Fierro editores, 2007

Fot. Margarita Gil Roësset, anónima

Un mar subterráneo


En la oscura neblina de París,
Quizás otra vez Modigliani
Camine imperceptible tras de mí.

Su triste naturaleza
Incluso en el sueño me inquieta
De ser culpable de muchas desdichas.

Pero para mí –su mujer egipcia– él es
La música que toca el viejo en el organillo.

Todo el rumor de París se esconde bajo esa música,
Como el rumor de un mar subterráneo
Que ha bebido del dolor
El mal y la vergüenza.

Variante de un borrador de Poema sin héroe

Nathan Altman
Retrato de Anna Ajmátova, 1914