sábado, 24 de febrero de 2018

La calidad de cierto silencio


Pensaba en ellos dos, juntos, y podía sentir de nuevo algo de calor, o el tono de ciertos matices, incluso la calidad de cierto silencio. Una luz especial. Entonces le era dado encontrar otra vez lo que buscaba, en esa firme sensación de que existía un lugar donde el mundo no era admitido, y que coincidía con el perímetro dibujado por sus dos cuerpos, suscitado por su estar juntos y cuya anomalía lo convertía en inabordable. Si era capaz de acceder a esa sensación, todo volvía a ser inofensivo. Puesto que el desastre de toda vida alrededor, e incluso de la suya, ya no era una amenaza contra su felicidad, sino, en todo caso, el contrapunto que hacía aún más necesaria e inexpugnable la guarida que el Hijo y ella habían creado al amarse. Eran la demostración de un teorema que refutaba al mundo, y cuando lograba volver a esa convicción, todo miedo la abandonaba y una nueva seguridad, dulce, se apoderaba de ella. No había nada más delicioso en el mundo.

Alessandro Baricco
La esposa joven
Ed. Anagrama
Trad. Xavier González Rovira

Fot. Audrey Tautou & Mathieu Kassovitz en Amélie, 2001

El llamado


EL LLAMADO

La mirada recorre un mapa. 
Ojo viajero 
de ciudad en ciudad, de puerto en puerto 
a través del azul, verde, amarillo 
de países distantes. 
Y más lejos, más lejos. 
Y busca nombres raros en Islandia
en Australia, en islitas de Oceanía…
Pero no son lugares los que quiere
la mirada viajera:
son signos de lo lejos.
Un guiño fantasmal llama y espera
y da un salto hacia atrás si te aproximas.
La mano que llamaba retrocede.
¿Llamaría?
¿Esperaba?
No se sabe. Está lejos.