La finalidad de la vida es vivir, y vivir significa estar consciente, gozosamente, ebria, serena, divinamente consciente. En ese estado de convivencia divina se canta; en ese reino el mundo existe como poema.
Aquellos murciélagos tenían los ojos abiertos. A diferencia de nosotros, ellos sí sabían cómo y cuándo apartarse del amor que mueve el sol y las estrellas.
Ted HughesLas grutas de Karlsbad Cartas de cumpleaños
Ed. Lumen
Trad. Luis Antonio de Villena