Y la poesía sería el vértigo del amor. Vértigo que va en busca de lo que sin ser todavía, le enamora, en busca del número, peso y medida de lo que aparece indeterminado, indefinido. La poesía anhela y necesita de la claridad y la precisión. Una poesía que se contente con la vaguedad del ensueño, sería (Valery tiene entera razón) un contrasentido.
Poesía es reintegración, reconciliación, abrazo que cierra en unidad al ser humano con el ensueño de donde saliera, borrando las distancias.
¿No será posible que algún día afortunado la poesía recoja todo lo que la filosofía sabe, todo lo que aprendió en su alejamiento y en su duda, para fijar lucidamente y para todos su sueño?
María Zambrano
Filosofía y poesía
Ed. La isla de Siltolá