Domingo por la noche, 23 de febrero.
Este es el vigésimo sexto 23 de febrero que he vivido: más de un cuarto de siglo de febreros, pero ¿sería capaz de rescatar un recuerdo de todos ellos y trazar la escalera de caracol que asciende (o desciende) hasta mi vida adulta? Tengo la sensación de que he vivido lo suficiente para pasar lo que me queda de vida rumiando, revisando los encuentros y reencuentros con personas locas y sanas, estúpidas y brillantes, jóvenes y ancianas, hermosas y grotescas, frías y apasionadas, pragmáticas y soñadoras, muertas y vivas. Mi caudal de días y máscaras ya es lo suficientemente copioso para pasarme años pescando, examinando los monstruos de ojos perlados, con cuernos, escamas, cubiertos de algas, que tanto, tantísimo tiempo llevan atrapados entre los sargazos de mi imaginación. Me siento aferrada a mi pasado como si fuera mi vida, tengo que convertirlo en mi ocupación en el futuro.
Sylvia Plath
Diarios completos
Ed. Alba
Edición de Juan Antonio Montiel y traducción de Elisenda Julibert
Fot. George Platt Lynes