martes, 10 de mayo de 2016

Los días


Y los días no están suficientemente llenos
Y las noches no están suficientemente llenas
y la vida se desliza como un ratón de campo
sin agitar la hierba.
And the days are not full enough
And the nights are not full enough
And life slips by like a field mouse
Not shaking the grass.
Días

Fot: Retrato de Ezra Pound, Venecia, 1963

Partida sin retorno



El Gran Kan ha soñado una ciudad; la describe a Marco Polo:

―El puerto está expuesto al septentrión, en la sombra. Los muelles son altos sobre el agua negra que golpea contra los cimientos; escaleras de piedra bajan, resbalosas de algas. Barcas embadurnadas de alquitrán esperan en el fondeadero a los viajeros que se demoran en el muelle diciendo adiós a las familias. Las despedidas se desenvuelven en silencio pero con lágrimas. Hace frío; todos llevan chales en la cabeza. Una llamada del barquero pone fin a la demora; el viajero se acurruca en la proa, se aleja mirando al grupo de los que se quedan; desde la orilla ya no se distinguen los contornos; hay neblina; la barca aborda una nave anclada; por la escalerilla sube una figura empequeñecida; desaparece; se oye alzar la cadena oxidada que raspa el escobén. Los que se quedan se asoman a las escarpas del muelle para seguir con los ojos al barco hasta que dobla el cabo; agitan por última vez un trapo blanco.

Sal de viaje, explora todas las costas y busca esa ciudad ―dice el Kan a Marco―. Después vuelve a decirme si mi sueño responde a la verdad.

―Perdóname, señor: no hay duda de que tarde o temprano me embarcaré en aquel muelle ―dice Marco―, pero no volveré para contártelo. La ciudad existe y tiene un simple secreto: sólo conoce partidas y no retornos.


Italo Calvino  Las ciudades invisibles
Ed. Siruela, 2013
Traducción: Aurora Bernárdez

Fot: Retrato de Italo Calvino, anónimo