Lo efímero no es lo opuesto a lo eterno. Lo opuesto a lo eterno es lo olvidado. Hay quienes viven pensando que lo olvidado y lo eterno son la misma cosa. Se equivocan. Otros dicen que lo eterno nos necesita: y ésos están en lo cierto. Lo eterno te necesita a ti, en tu celda, y a mí aquí, escribiéndote y enviándote pistachos y chocolate.