viernes, 15 de diciembre de 2017

Leyendo

Gertrude Stein leyendo (o casi), 1913

Paseo


de paseo por Barcelona


Suite de los espejos


Símbolo
Cristo
tenía un espejo 
en cada mano. 
Multiplicaba 
su propio espectro.
Proyectaba su corazón 
en las miradas 
negras.
¡Creo!

SUITE DE LOS ESPEJOS

Foto anónima del autor de 1917

Silencio y música


Pequé de silencio ante ti y ante mí. Cuando el silencio se instala dentro de una casa, es muy difícil hacerlo salir; cuanto más importante es una cosa, más parece que queramos callarla. Parece como si se tratara de una materia congelada, cada vez más dura y masiva: la vida continúa por debajo, sólo que no se la oye. Woroïno estaba lleno de un silencio que parecía cada vez mayor y todo silencio está hecho de palabras que no se han dicho. Quizás por eso me hice músico. Era necesario que alguien expresara aquel silencio, que le arrebatara toda la tristeza que contenía para hacerlo cantar. Era preciso servirse para ello, no de palabras, siempre demasiado precisas para no ser crueles, sino simplemente de la música, porque la música no es indiscreta y cuando se lamenta no dice por qué. Se necesitaba una música especial, lenta, llena de largas reticencias y sin embargo sin embargo verídica, adherida al silencio para acabar por meterse dentro de él. Esa música ha sido la mía. Ya ves que no soy más que un intérprete, me limito a traducir. Pero sólo traducimos nuestras emociones: siempre hablamos de nosotros mismos.

Ed. Alfaguara, 1992
Trad. Emma Calatayud

La víspera


LA VÍSPERA

Cada cinco de enero.
La última semana de colegio.
La noche antes de un viaje.
Todo viernes.
La tarde del ya lo verás mañana.
Hasta un libro de texto el día que lo compras.
Un sobre sin abrir.
El primer paso fuera del hotel.
Navidad en verano.
El instante en que sabes que se va a desnudar.
Un regalo aún envuelto.
La victoria, tan limpia, sobre el mapa.
Los besos, cuando no eran para ti.

Y peor todavía:
lo que quisiste 
ser. 
Ahora, compara. 

La víspera
Edit. Isla de Siltola. 2014

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