jueves, 12 de octubre de 2017

Es urgente


Es urgente. Son órdenes que ella da, pero se es libre de obedecerlas. El imperativo de esperanza. Inmediatamente después perdona. Dios me ruega. Su confianza, qué bella es. No se dirige a mí sino gravemente intensamente y razonablemente. Pidiendo auxilio solo para lo que está realmente por encima de sus fuerzas. Es una manera honesta de no reducir al otro a la esclavitud. La manera sublime con la que tolera la insatisfacción: sin resentimiento. Un equilibrio espiritual. Divina versatilidad.

Me pide la realización de sus sueños: ser una mariposa, párame esta lluvia, podría tener patas de ardilla, sin alas volar. Por desgracia no puedo cumplir tan justos y tan concretos deseos. Mi magia es abstracta. Mala suerte me dice sin tristeza. Tomo las medidas de mi impotencia. Estoy tan limitada que incluso no tengo en mí la idea de tener alas. Ella tiene su cuerpo por alma. Yo, estoy separada.

De “Mesías”
en "Deseo de escritura"
Trad. de Luis Tigero
Reverso Ediciones

Fot. Hervé Gloaten
Hélène en Vicennes, 1975

Cornelia frente al espejo


Quiero verme a mí misma en el espejo. Lo que más me gustó en el mundo fue el agua: beberla, mirarla, imaginarla. En este vaso la tengo presa, aunque esté mezclada con otra cosa menos pura. Me acercaré a besarte, espejo. Qué fresca, qué incontaminada, qué parecida a nadie eres. Pego mis labios a tus labios como si nadie pudiera separarnos jamás. Todas las fotografías son espejos de lo que fuimos, pero no de lo que somos ni de lo que seremos. Deja que me mire. Soy lo único que no conozco. Voy a beber algo mejor que la vida. Por suerte ya sé todo lo que no soy yo. Me acercaré al espejo. Quiero besarme. Nada me impedirá besarme. Nada me impedirá arrodillarme. Tu boca, espejo, es fresca como el agua. Me da miedo. No existe la distancia que nos separa, ni el frío helado de tu superficie lisa. Voy a morir ahora mismo. Me desvestiré, y quedaré desnuda. Totalmente desnuda. Si alguien se acerca, que se vaya y me deje sola bajo la mirada mía que pronto se terminará. Qué extraño ruido. ¿De dónde proviene?. Lo oigo venir desde arriba, como si algo se estuviera rompiendo. Hace tanto que vengo a esta casa y nunca lo he oído. ¿Los ratones se habrán metido detrás del espejo?. O bien algo se está despegando en esta mole gigantesca. ¿Por qué te tengo tanto miedo, espejo, si antes no te temía?. Antes me acercaba, ahora me alejo. ¿Me vas a matar?. ¿Te atreverás?. Moriré bajo tus cristales. Me arrodillaré a tus pies. Me taparé la cabeza con mis brazos para no ver caer tu cascada de vidrios. Qué porquería eres. Me buscaré a mí misma en todos tus pedazos: un ojo, una mano, un mechón de pelo, mis pies, mi ombligo, mis rodillas, mi espalda, mi nuca tan querida, nunca podré juntarlos. Poca voz me queda. Los que me buscan son las alimañas, los ratones, el polvo. La muerte de una persona no es igual a la muerte de un espejo. No creí tener esta suerte de morir contigo.

Silvina Ocampo
Cornelia frente al espejo
Ed. Tusquets, 1988

Fotograma de " The painted Lady" 1912