Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da un látigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse. (...) Al principio fue muy divertido. Dejó de serlo cuando averigüé la diferencia entre escribir bien y mal; y luego hice otro descubrimiento más alarmante todavía; la diferencia entre escribir bien y el arte verdadero; es sutil, pero brutal...
Truman Capote
Fragmento del Prefacio de Música para camaleones
Ed. Anagrama, 2006
Trad. Benito Gómez Ibáñez