En su descarnada y orgullosa maldad
ella es como ceniza gris o polvo
que en la cercanía zahiere.
Ella corona de espinas, diversión
cruel y gelidez al ser ordinario.
Ella es carne mortal y lánguida
que me acaricia y me estrangula.
Es irreal mi alma.
Ella
Fot. Retrato de Zinaida Reich, anónimo