Para mostrarte dónde está tu deseo basta prohibírtelo un poco. X… desea que esté allí, a su lado, pero dejándolo un poco libre: ligero, ausentándome a veces, pero quedándome no lejos: es preciso, por un lado, que esté presente como prohibido, pero también que me aleje en el momento en que, estando en formación ese deseo, amenazaría con obstruirlo. Tal sería la estructura de la pareja “realizada”: un poco de prohibición, mucho de juego; señalar el deseo y después dejarlo.
Roland Barthes Fragmento de un discurso amoroso
Ed. Siglo XXI, 2000
Trad. Eduardo Molina