Desde el altar en la sombra
Aguzo el oído: ¿será
posible? el silbido agrio, desgarrado
de mi madre que muere... y ronroneos, chasquidos
de almidón, relámpagos de plata del altar
de las lilas, en la sombra... Pero no,
es mi gata que duerme, es su respiración
pesada, pastosa, de mujer, y yo
querría entregarle todo, hurgar
en la sombra, derribar
del camuflado altar de palisandro
las cajitas una por una,
ah, todo, los lindos corales
rosa, los cuellos de encaje, la boîte
de laca con las golondrinas,
con largos guantes cubrir sus patas peludas
si solo (memoria, memoria, cómo
me haces trampa) recordase el nombre
de la calle, el
número, el piso y el lugar en la casa
en la sombra, en la penumbra, de la
puerta, la puerta, la ventana, el agujero...
Nel grave sogno,
Ed. Mondadori, 1982
Versión de Jorge Aulicino