Con esencia de sudor de tus axilas, María Ana, se fabricará el perfume integral que arruinará a los actuales perfumistas del mundo y acabará con las futuras industrias perfumistas del submundo.
Con el hueco rosa y caoba de tus axilas sin depilar, María Ana, haré el nido blando donde mi lengua empolle sus horas más claras.
Cada vello, y aun cada fragmento de vello, de tus axilas, María Ana, sabe un vocabulario nuevo que enseñar a mi sexo casi analfabeto frente a la sabiduría de 489 vellos de cinco años.
Cada centésima, y aun cada milésima de centímetro cuadrado, de tus axilas, tendrá un recuerdo de mis dientes de aprendiz de mordedor de axilas sin depilar.
Agustín Espinosa
Oda a María Ana, 1930
Fot. Mònica Pallí Vert