miércoles, 2 de agosto de 2017

Nomeolvides


...cuando el asalto de la fealdad se vuelva completamente insoportable, compraré en la florería un nomeolvides, un único nomeolvides, ese delgado tallo con una florcita azul en miniatura, saldré con él a la calle y lo sostendré delante de la cara con la vista fija en él para no ver más que ese hermoso punto azul, para verlo como lo último que quiero conservar para mí y para mis ojos de un mundo al que he dejado de querer. Iré así por las calles de París, la gente comenzará pronto a conocerme, los niños irán corriendo.

Milan Kundera
La inmortalidad
Ed. Tusquets, 2009
Trad. Fernando de Valenzuela