Construyendo una casa después de la guerra
Después de la guerra construiremos una casa…
Después de otra guerra,
durante la cual muchos han sobrevivido
sin techo sobre sus cabezas,
construiremos una casa
y arreglaremos el jardín a su alrededor.
La construiremos a escala de una casa de caracol,
pequeña y bella, sólo para dos.
Aprendemos de los gorriones.
Preguntamos al viento por un consejo, y a la lluvia.
Construimos con manos que huelen
a tierra de la que todo viene
y a la que todo retorna.
Con manos que delicadamente
tocan y, exhaustas, ríen como un saúco en flor.
Nos ayudan piedra y agua,
que unimos con olor a lavanda e imágenes de un sueño.
Después de la guerra construiremos una casa…
para dos cuerpos que yacerán en la cama
como si estuvieran bajo un manzano florecido,
y para dos almas que silenciosamente la deambularán
como una vieja mujer
que antes vivió y murió entre estas paredes…
Construiremos pequeños muros
que nos separarán de la cruel realidad,
y escaleras que nos llevarán más allá de lo conocido,
hacia donde sólo los que se amen siempre obtengan…
Después de la guerra construiremos una casa…
Día y noche,
aunque seamos conscientes de que construiremos
ruinas para el mañana.
Sarajevo, 1945
Foto: Martin Parr