Horizonte como esta piedra que retiro del cieno, que tiene en sus huecos el olor de la sal.
Horizonte en la palabra que veo brillar bajo los otros, cuando el inconsciente con su marea baja viene a lavar con agua clara las frases que dispuse para ver, justo en su límite. Algas levantadas que vuelven a caer, palabras que se deshacen pero que llevan en su superficie, un instante, la bruma de sal de un agua que es tal vez el cielo.
Las palabras no ofrecen su sentido pleno sino cuando es “allá”, en un horizonte, donde contemplamos lo que dicen. Aquí vemos demasiado en detalle, el pensamiento se aloja en aspectos demasiado numerosos, se despliega en demasiadas fórmulas: y todo está librado al deseo de poseer, de comprender. Allá el todo prima sobre las partes, las cosas se vuelven seres.
Yves Bonnefoy
Notaciones sobre el horizonte
Zindo&Gafuri Ediciones