El hayedal del Señor Jordà
viernes, 6 de octubre de 2017
Un pulso herido
Quiero llorar porque me da la gana,
como lloran los niños del último banco,
porque yo no soy un poeta, ni un hombre, ni una hoja,
pero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro lado.
Federico García Lorca
Poema doble del lago Edem
Raymond Voinquel
Jean Marais
, 1938
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