martes, 14 de noviembre de 2017

Aguas negras


Pasé la noche en aquellas aguas negras como la brea. El turco remaba tranquilo pantano arriba y abajo, como si estuviera viendo el contorno de la isla. Detuvo la barca sobre el minarete, sobre la fábrica de cigarros, sobre un famoso cabaré, sobre un gran café. Yo contemplaba cada vez las profundidades del agua. Solo veía la cara de un hombre de ojos negros. Como si yo mismo fuera la isla, como si sobre mí, yaciendo boca arriba, ahogado bajo las aguas, flotara yo en la barca de pesca. Recordé entonces que en la profundidad de nuestro cerebro existe una zona llamada Isla. Que todos tenemos una isla sumergida en las profundidades de la mente y que la buscamos desesperados, como el diamante fundido de nuestro ser. Que nosotros mismos, y nuestro mundo, estamos profundamente hundidos en las aguas del tiempo y de la memoria universales, como una Ada-Kaleh que nunca volverá a ser real.

Mircea Cãrtãrescu
"El ojo castaño de nuestro amor"
Impedimenta
Trad. Marian Ochoa de Eribe