CON LA AYUDA DE HÖLDERLIN
El mes de mayo del noventa y nueve
los belgradenses se hacían los astrónomos
y escrutaban el cielo.
El suelo explotaba, temblaban las piedras
más aún que los viejos, los perros o los niños.
Las bombas de grafito habían cortado la electricidad,
en la oscuridad la fraternidad aumentaba.
“Donde existe el peligro, crece
también aquello que puede salvarnos.”
(Wo aber Gefahr ist, wächst / das Rettende auch.)
El poeta no estaba en Belgrado aquel mes de mayo,
estaba muerto desde hacía siglo y medio,
pero sus páginas sí, se encontraban en mis bolsillos
como arma antiaérea, como salvoconducto.
En la guerra las palabras de los poetas protegen la vida
junto a las plegarias de una madre.
En una guerra los huérfanos y quienes no tienen un libro
están al descubierto.
Versión de Fernando Valverde.
Fot. Anónima de matanza de conejos en Mud Lake, 1981