Una mujer iba por el pasillo del tren, entre sus dedos sujetaba un biberón como si fuera un granada de mano. Fuera, un faisán corría junto a unos matorrales. En el horizonte, sobre el tejado de una casa, estaba sentado un hombre, y cogió una herramienta que alguien le había lanzado.
Dejar abiertos los espacios vacíos: ésa sería la más elevada de las artes.
Peter Handke
Fantasías de la repetición
Ed. Las Tres Sorores, 2000
Trad. Eustaquio Barjau
Fot. Heidi Kirkpatrick