Cierto que son rosas las que por este vado cruzan
y plenilunios
y sábalos
y pavías de agua dulce
y terciopelo carmesí.
Se dedicaban los habitantes de aquel país a hacer grabados, a la
caza del pequeño venado, del faisán y de la gacela; vivían en el
corazón de los bosques, mayormente en ciudades como laberin-
tos, cercadas por doble recinto, amurallado.
Había retama, saúco, estruendo y miles de saltamontes
cerrando mi boca.
Es cómo decir cascada
aliso de plata
como decir bancal.
Oh, Venus, la que por estas aguas
pasa.
Poesía reunida. Volumen 1 (1991-1995)
Trad. Ana Gorría / Prólogo de Alba Cid
Editorial Ultramarinos, 2017
Fot. Hadi Malijani