En el refugio animal
Cada vez que ves a una mujer hermosa, alguien se ha cansado de ella, o eso dicen los hombres.
Yo sé adónde van estas mujeres con su belleza cansada que nadie quiere, estas mujeres obligadas a vivir como el pino nevado en lo alto de la sierra, desde el principio de los tiempos, alimentadas por el viento alpino.
Se acercan a los animales, día tras día, y acarician su pelaje enjaulado, preguntando:
–¿Cómo está el niño de mamá? ¿Se siente solo el niño de mamá?
Las mujeres se marchan al final del día, no sin antes preguntarle al asistente:
–¿Irán a buenos hogares?
Y vuelven al día siguiente, más o menos, para examinar al gato tuerto, y preguntar, como si fueran a adoptarlo:
–¿Cómo podría presentarle un gato nuevo a mi perro?
Pero rara vez adoptan; es importante que las mujeres tengan alguien a quien abandonar, dejando atrás a criaturas llenas de amor que nunca les abandonarían una vez que les hubieran dado su corazón.
Ed. Seix Barral, 2017
Trad. Silvia Barbero