El fulgor
XXVI
Con las manos se forman las palabras,
con las manos y en su concavidad
se forman corporales las palabras
que no podíamos decir.
XXXIII
Ya te acercas otoño con caballos heridos,
con ríos que rebasan el caudal de sus aguas,
con sumergidos párpados y vientres sumergidos,
con jardines que bajan descalzos hasta el mar.
Ya llegas con tambores enormes de tiniebla,
con largos lienzos húmedos y manos olvidadas,
con hilos que deshacen en aire la mañana,
con lentas galerías y espejos empañados,
con ecos que aún ocultan lo que ha de ser voz.
Y de sí desatado el cuerpo envuelto en oros
desciende oscuro al fondo oscuro de tu luz.
XXXVI
Y todo lo que existe en esta hora
de absoluto fulgor
se abrasa, arde
contigo, cuerpo,
en la incendiada boca de la noche.
El fulgor, antología poética
Ed. Galaxia Gutemberg, 2001
Fot. Karel Ludwig
Before The Sleep, 1940