El infierno de los vivos no es algo que será. Si existe uno, es este que ya está aquí, el infierno que habitamos todos los días, el que formamos estando juntos. Hay dos modos de no sufrirlo. A muchos, el primero les resulta fácil: aceptar el infierno y convertirse en parte de él al punto de no verlo más. El segundo modo es riesgoso y exige atención y aprendizaje continuo: buscar y saber reconocer quién y qué cosa, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.
Italo Calvino Las ciudades invisibles
Ed. Siruela, 2013
Trad. Aurora Bernárdez