Límite
Habla conmigo largamente mi compañera
de cosas tristes, graves, que sobre el pecho
pesan como una piedra; maraña
de males inextricables, que ninguna
mano, tampoco la mía, puede desatar.
Un pájaro
de la casa de enfrente sobre el alero
se posa un instante, al sol brilla, regresa
al cielo azul que lo cobija.
¡Oh, él
dichoso entre los dichosos! Tiene alas, ignora
mi pena secreta, mi dolor
de hombre junto a un límite: la certeza
de no poder salvar a quien se ama.