Aquel día, pues, él conoció una de las formas extrañas de la estabilidad: la estabilidad del deseo irrealizable. La estabilidad del ideal intangible. Él, que era un ser consagrado a la moderación, se sintió por primera vez atraído por lo inmoderado: una atracción por el extremo imposible. En una palabra, por lo imposible. Y por primera vez sintió, en consecuencia, amor por la pasión.
Y fue como si se le curase la miopía y viese el mundo claramente. Fue la visión más simple y profunda que hubiera tenido del Universo donde había vivido y viviría.
Clarice Lispector
Miopía progresiva
de Felicidad clandestina
Ed. Grijalbo, 1988
Trad. Marcelo Cohen Levis Chokler
Fot. Brigitte Carnochan