Construir, plantar, sea cual sea la intención, alzar la columna o tender el arco, ensanchar la terraza o enterrar la gruta, para todo ello jamás se ha de olvidar la naturaleza. Pero tratemos a esta diosa como a un hada púdica; no la cubramos mucho ni la dejemos totalmente desnuda; que todas sus bellezas no se descubran por doquier, porque medio ingenio está en cubrir decentemente. Se llevará la palma quien con placer confunda, sorprenda, varíe y oculte los límites.
Consultemos para todo al genio del lugar: él dice si las aguas se elevan o caen, o ayuda a las colinas ambiciosas a escalar el cielo, o extrae del valle teatros envolventes; él convoca al paisaje, atrae los claros que se abren, une los bosques serviciales, y hace variar las sombras; a veces frustra las intenciones, y a veces las orienta; pinta cuando plantamos y diseña cuando trabajamos.
Alexander Pope
Epístola a lord Burlington, 1731
Fot. Brigitte Carnochan