UN SALÓN LENTO
Tan solo
la hoja del deseo
con que arropas
al eco en mi retirada
mitiga este error
de haber nacido
en la distancia.
Tan solo
el desconsuelo de esta orilla
regresando hacia lo blando de una espada
logra un sin embargo,
como quien volviera a la vida desde la vida.
En secreto,
a los gemidos
se les exagera en los contornos,
Y resulta tan cierto
que ni tú ni yo estamos hechos
el uno para el otro
y que hay un final de mar
lamiendo a estos vacíos
sobre un valle que suplica
la sed occidental del entresuelo,
donde la brisa y su mariposa
aletean en vano…
Amador Luna, tren deshabitado...
Foto: Francesca Woodman