La leve guillotina de un minuto que cae
recorta una fracción de luz enrojecida.
No habrá noche. Tampoco aves oscuras.
Será siempre esta hora paciente, indefinida.
Sólo las cosas, los objetos pequeños de la casa,
su absorbida belleza, el pulso que transmiten,
su acaso extravagante sencillez,
te gobiernan y son cuanto tú sabes.
Te aplicas a olvidar y lo consigues.
No escucharás el sueño que perfore tu sien
como una avispa.
Andrés Neuman
de La canción del antílope
Ed. Pre-textos
Fot: St Atom Heart Photography