Nada
en mis manos nada
en mis cuadernos
nada en mis zapatos
nada en el sombrero
de mi madre, nada
en mis ojos
en mi casa
en el paisaje
entre las olas nada
bajo los bancos del parque
debajo de mi ropa empapada
entre las líneas que escribo
en las del diccionario
de sánscrito
en la tinta que se escapa
del bolígrafo
en mis palabras nada
nada sobre la nada
que describo
en cuatro letras
porque todo
lo que no cabe en ellas
se ha agolpado en el centro
de mi pecho
y late y luego
me devora
con la voracidad
de un animal hambriento.
hasta que no queda nada
de mi salvo esa nada
que todo lo vomita
mis ojos mis cuadernos
mi casa y el sombrero
de mi madre las cuatro
letras que la indican
y el mismo latido
feroz que me devora
pronunciando
tu nombre.
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