Martes.
Volví a soñar contigo esta mañana. Estábamos sentados, los dos juntos, y aunque tú me apartabas no de malos modos, sino amablemente, yo me sentía muy desdichado por mi propia culpa, porque te trataba como si no hablaras, como si no hubiera en ti una voz que me hablaba a mí precisamente. O tal vez no es que no la oyera, sino que no podía contestar. Y me iba más desconsolado aún que en el otro sueño.
Ahora recuerdo algo que leí alguna vez no sé dónde. Más o menos era asi: "Mi amada es una columna de fuego que se mueve por la tierra y que ahora me tiene aprisionado; pero no conduce a los que ha apresado, sino a aquellos que la ven".
Tu
(Ahora prescindo también del nombre, que cada vez se hace más breve, para acabar siendo solamente: Tu.).
Franz Kafka
Cartas a Milena
Ed. Alianza, 2010
Trad. Carmen Gauger
Fot. Anónima
Franz Kafka y Milena Jesenska