Amo la soledad, los caballos sin freno, sin bridas, sin riendas, sin sillas, sin herraduras. Amo su cuerpo magnífico. Amo el agua que pasa y donde uno se sumerge y de donde uno sale desnudo y nuevo como el primer día en que uno empieza a descubrir que siempre se está naciendo.
Pascal Quignard
Las lágrimas
Ed. El cuenco de plata, 2017
Trad. Silvio Mattoni
Fot. Andrea Torres