Esta misma mañana, al acordarme de los calígrafos repitentes de los que ahora escribo, he tenido por momentos la sensación de que entreveía al oscuro parásito de la repetición quede oculta en el centro de toda creación literaria. Un parásito que tiene la forma de una gota gris solitaria que irremediablemente se halla en medio de toda la lluvia o tempestad y a la vez en el centro mismo del universo, donde, como es sabido, se acometen, una y otra vez, de forma imperturbable, las mismas rutinas, siempre las mismas pues todo se repite allí del modo más incesante y mortal.
Enrique Vila-Matas
Mac y su contratiempo
Ed. Seix Barral, 2017