TRATADO XXVI, DEL VINO PELEÓN.
El cielo, el río, el océano, los astros y la tierra son de una belleza majestuosa y no hablan.
Las cuatro estaciones y su cortejo de plantas, de nieve, de bestias y de vestidos se suceden y no hablan.
Los miembros, los ladrillos, los excrementos, los dientes, la corta infancia y la extrema vejez, los pétalos y los arenales, los ojos y los sexos participan de esta belleza y no hablan,
Los hombres discuten entre sí, se dirigen a los dioses y formulan opiniones porque temen la belleza atroz.
Las palabras de los hombres son el agua y el azúcar que mezclan con el concentrado de arak más puro. Las obras son las pequeñas cucharas que sirven para mezclar el agua, el azúcar y el arak en el vaso. El vaso son las ciudades del mundo. A esta mixtura desleída la llaman -en su extraña mixtura desleída- con el nombre extraño de lengua. Y se toman esa bebida aguada y azucarada que les cierra los párpados y que les separa menos de lo que piensan de la crueldad y de los estratos superpuestos de lo que los precede y del silencio.
Pascal Quignard
Pequeños tratados I
Editorial Sexto Piso
Trad. Miguel Morey
Fot. Robert Frank by Walker Evans