jueves, 28 de febrero de 2019

Casa

 

La casa que abrigó tu corazón 
será una ruina. Furtivos 
en la noche 
la habéis abandonado. 
Oscura en el jardín la tierra removida. 
Quise 
decir traición 
y dije llanto. 

Ada Salas

Fotograma de
Grey Gardens

El reposo


El señor de Pontchâteau ejercía el oficio de jardinero en la zona exterior de Port-Royal des Champs. Al señor de Pontchâteau le gustaba leer más que cualquier otra cosa. El frío no le molestaba. Amaba leer en el frío. Leer "al calor de su vela". Cuando llegaba la primavera, el señor de Pontchâteau metía sus pies desnudos en los zapatos, se colocaba sobre la espalda la cesta para las legumbres e iba con su cuchillo al huerto para recoger la cena. Un poco más tarde en el año, se dirigía al jardín, donde se ponía en cuclillas para cuidar de los matorrales y las flores. Luego las llevaba en brazadas o montones o ramos a las hermanas, con el propósito de que ellas las colocaran en jarrones, sobre el altar, para el oficio. El señor de Pontchâteau siempre tenía en la boca estas palabras de La imitación: "Quaesivi in omnibus requiem, et nusquam inveni nisi in angulo cum libro". Lo traduzco: "He buscado por doquier en este mundo el reposo - el requiem-, un abandono, un "alto", y en ninguna parte lo he encontrado, salvo en una esquina, con un libro."

Pascal Quignard
Sobre la idea de una comunidad de solitarios
Ed. Pre-Textos

Fot: Milagros Caturla
Barcelona 1950s

lunes, 25 de febrero de 2019

El polvo


Para él siempre había sido muy importante, dijo Feber una vez de pasada, que en su lugar de trabajo nada cambiara, que todo permaneciera tal como estaba antes, tal como él lo había dispuesto, tal como estaba ahora, que no se añadiera nada más que la mugre que se producía cuando pintaba sus cuadros y el polvo que cae sin cesar y que, como empezaba a comprender con el paso del tiempo, era poco más o menos lo que más amaba en este mundo. El polvo, dijo, le importaba mucho más que la luz, el aire y el agua. Nada le resultaba más insoportable que una casa en la que limpian el polvo, y en ninguna parte se encontraba mejor que allí donde las cosas pueden reposar a su aire y en paz bajo la escoria gris y sedosa que se forma cuando la materia, soplo a soplo, se disuelve en la nada.

W. G. Sebald
Los emigrados
Ed. Anagrama
Trad: Teresa Ruiz Rosas

Fot: Fan Ho
Cleaning, 1950

sábado, 23 de febrero de 2019

Repliegues

 

¿Qué me atraía de la poesía exactamente en aquella época? 

Quien, en su juventud, no haya experimentado dolorosamente la necesidad de descubrir el sentido eterno de la medida y de la belleza, permanecerá para siempre insensible a esa llamada.

Ese sentimiento no es el fruto de un proceso lógico. Su origen se halla en los repliegues más secretos y profundos del corazón humano, lejos de la agitación siniestra o irrisoria que nos rodea. Una loca noche de embriaguez está a mil leguas del amor, de la pena y de la desolación que conforman la esencia de la vida nocturna. La eternidad puede revelársenos en el estribo de un autobús. Podemos entrever la visión fulgurante de la fragilidad de las cosas en la taquilla del correo o descubrir el carácter efímero de nuestra vida al mirar un calendario en la sala de espera de un consultorio.

Nina Berberova
La cursiva es mía

Fot: s/d

viernes, 22 de febrero de 2019

Acaso el corazón


Acaso el corazón.

Se hundirá el olor acre de los tilos
en la noche de lluvia. Será vano
el tiempo de la dicha, su furor,
aquel mordisco de rayo que explosiona.
Apenas queda abierta la indolencia,
el recuerdo de un gesto, de una sílaba,
pero como de un vuelo lento de aves
entre vapores de niebla. Y aún aguardas
no sé qué cosa, mi extraviada; quizá
una hora que decida, que recuerde
el principio o el fin; similar suerte,
ahora. Aquí negro el humo de los incendios
seca aún la garganta. Si puedes,
olvida aquel sabor de azufre
y el temor. Las palabras nos fatigan,
rebrotan de una lapidada agua;
acaso nos quede el corazón, acaso el corazón…

Salvatore Quasimodo

Fot: Erwin Blumenfeld
Portrait of a Woman, ca. 1933

martes, 19 de febrero de 2019

El ojo mira

 


El ojo mira... es el único que puede advertir la belleza... A la belleza se la ve porque está viva, y por lo tanto es real. Digamos, mejor, que puede ocurrir que la veamos. Depende de dónde se manifieste. Pero no hay duda alguna que ciertas veces se manifiesta... El problema es tener ojos y no saber ver, no mirar las cosas que ocurren... Ojos cerrados. Ojos que ya no ven. Que ya no son curiosos. Que no esperan que ocurra nada más, quizás porque no creen que la belleza exista. Sin embargo, en el desierto de nuestras calles ella pasa, rompiendo el delgado límite y llenando nuestros ojos de infinito deseo.

Pier Paolo Pasolini

lunes, 18 de febrero de 2019

Fin de lo ido

 


FIN DE LO IDO

El reloj no detiene el sonido del movimiento 
un frío ronroneo de metal murmura tiempo 
aplaca el vacío del cuarto 
una hueca necesidad de frecuencia 
que mide las pausas que nunca llegan porque 
el reloj no se detiene para contar a quien 
dejó la habitación donde alguien aún sentado escucha 

Isel Rivero 
Las palabras son testigos 
Prólogo y traducción de Benito del Pliego 
 Ed. Verbum, 2010 

domingo, 17 de febrero de 2019

Habitaciones vacías


HABITACIONES VACÍAS

El polvo compone las dunas
de la misma manera
que los segundos el tiempo:
sabiendo que
acabarán
con todo.

Ésa es la traición
de lo insignificante;
la misma que practican
las ausencias
diminutas
capaces de llenar
habitaciones vacías.

Alejandro Salse Batán 
"Estación en curva"
Ed. LeTour1987, 2016

Collage: Gabriel Silva

jueves, 14 de febrero de 2019

Kamasutra para dormir a un espectro



Y no por el hielo negro
y no por hielo
que sea muerte
por rabioso fuego
que prende ya en las raíces
del árbol
que desde el hondo desgarro
de la raíz de la tierra
me sostiene
eco que me vivifica
mientras entrego el aliento
voces en llamas
te llaman
desde mi fondo
de fuego lenguas
que no por hielo
que no por el hielo negro
tu acristalada blancura
cisne de amor
incandescente en mi canto
se aposenta
centellas voy hacia el aire
voy hacia ti llameando
que no por el hielo negro
cisne de aire
cisne de aire
y silencio.

Clara Janés
Kamasutra para dormir a un espectro
Ed Siruela

He aquí el amor



He aquí el amor.
Repito:
He aquí el amor.

Pero mejor hablaremos de esta puerta.
Una puerta es una puerta
a la que yo golpeo día y noche,
a la que yo golpeo día y noche,
a la que yo golpeo día y noche.
Y aunque nadie responda,
y aunque nadie responda,
y aunque nadie responda,
el aire es el aire de todos los dias,
las plantas son verdes como siempre,
y el mismo cielo esférico me envuelve
lunes, martes, miércoles,jueves, viernes, sábado y domingo.
¿Pero, qué puedo yo decir del amor?
¿Qué puedo yo decir del amor?
¿Qué puedo yo decir del amor?
En cambio, esta puerta es indudable;
por ella entro y salgo día y noche
hacia los verdes campos que me esperan,
hacia el mismo cielo esférico y perenne.

¿Pero qué puedo yo decir del amor?
¿Qué puedo yo decir del amor?
¿qué puedo yo decir del amor?
Mejor sigo hablando de esta puerta.

Jorge Eduardo Eielson

miércoles, 13 de febrero de 2019

Anunciación


Ahora estoy en Roma. Ahora la casa de las paredes verdes está lejos. Tan lejos que parece una isla cubierta por la nieve. Me pregunto si fui feliz en ella, si lo fui sola o con vos, cuánto duró. Quisiera que llegaras, en este mismo instante, para aclarar mis dudas. Pero no hay nadie aquí, salvo mi Vida Privada y mi dolor. Es como si alguien hubiera abierto una herida, y después otra, y otra más, y después hubiera encerrado allí una golondrina. Oh, Humboldt, te estoy difamando, no hay golondrinas en Roma, lo que tenía que pasar pasó, nada más, entonces yo, sin hacer ruido, recogí las velas de mi barco y enfilé derechito hacia el puerto invariable. A la una, a las dos, a las tres, me dije, el que no murió ayer, morirá mañana, ¿para qué postergar la belleza de lo inevitable?

María Negroni
La anunciación

martes, 12 de febrero de 2019

La esposa joven


Mientras la conversación se había trasladado hasta la tardía floración de los cerezos, la Esposa Joven se acercó a la Hija y se inclinó para besarla en las mejillas. Ella no se levantó porque en ese momento quería ser hermosa. Hablaron en voz baja, como si fueran viejas amigas, o tal vez por el repentino deseo de serlo. Instintivamente, la Hija se dio cuenta de que la Esposa joven había aprendido la distancia y que nunca iba a abandonarla, habiéndola elegido como su forma particular e inimitable de elegancia. Sería ingenua y misteriosa, siempre, pensó. Van a adorarla.

Alessandro Baricco
La Esposa Joven

Caracola


Caracola

Delante del espejo en el dormitorio de mis padres había una caracola rosa. Solía acercarme a ella de puntillas y con un repentino movimiento ponérmela en la oreja. Quería pillarla en ese momento, cuando no siente añoranza con su monótono susurro. Aunque era pequeño, sabía que incluso cuando se ama mucho a alguien, a veces sobreviene el olvido.

Zbigniew Herbert
Poesía completa
Ed. Lumen

Fot. Eric Antoine


lunes, 11 de febrero de 2019

Paradoja temporal



Nicole decía: «Somos como pájaros que están en el aire, pero que no pueden permanecer en él sin movimiento, porque su apoyo no es sólido». Y lo comentaba de este modo: «El pasado es un abismo sin fondo que se traga todas las cosas pasajeras; y el porvenir es otro abismo que nos es impenetrable. Uno de estos abismos desaparece continuamente en el otro. Sentimos la desaparición del porvenir en el pasado, y es lo que constituye el presente, como el presente constituye toda nuestra vida».


Pascal Quignard
Pequeños Tratados
Edit. Sexto Piso

Fot Alison Scarpulla
The skull series

domingo, 10 de febrero de 2019

Infancia



Con todo, esos primeros años, los llamados años de la infancia, los años de la luz, los años de la imagen dorada de la felicidad, son también, por qué no decirlo, los años de la oscuridad y del dolor, los años de la separación y de la muerte, los más azarosos y los más terribles de la vida. Y no solo porque todo lo visto durante esos años adquiere el valor de lo visto por primera vez y para siempre, y todo lo sospechado durante esos años adquiere el valor de lo sospechado por primera vez y para siempre, sino, sobre todo, porque nada de lo que ahí ocurre se olvida nunca. Nada se cura nunca. Nada se cura ni se olvida ya nunca.

Fernando Luis Chivite
El viaje oculto
Edit. Bassarai, 2001

jueves, 7 de febrero de 2019

Bogotá 1982


Bogotá 1982

Nadie mira a nadie de frente,
de norte a sur la desconfianza, el recelo
entre sonrisas y cuidadas cortesías.
Turbios el aire y el miedo
en todos los zaguanes y ascensores, en las camas.
Una lluvia floja cae
como diluvio: ciudad de mundo
que no conocerá la alegría.
Olores blandos que recuerdos parecen
tras tantos años que en el aire están.
Ciudad a medio hacer, siempre a punto de parecerse a algo
como una muchacha que comienza a menstruar,
precaria, sin belleza alguna.
Patios decimonónicos con geranios
donde ancianas señoras todavía sirven chocolate;
patios de inquilinato
en los que habitan calcinados la mugre y el dolor.
En las calles empinadas y siempre crepusculares,
luz opaca como filtrada por sementinas láminas de alabastro,
ocurren escenas tan familiares como la muerte y el amor;
estas calles son el laberinto donde he de andar y desandar
todos los pasos que al final serán mi vida.
Grises las paredes, los árboles
y de los habitantes el aire de la frente a los pies.
A lo lejos el verde existe, un verde metálico y sereno,
un verde Patinir de laguna o río,
y tras los cerros tal vez puede verse el sol.
La ciudad que amo se parece demasiado a mi vida;
nos unen el cansancio y el tedio de la convivencia
pero también la costumbre irremplazable y el viento.

María Mercedes Carranza
"Tengo miedo" (1983)

miércoles, 6 de febrero de 2019

Pretextos



La peonza de Kafka es un relato sobre un filósofo que pasa su tiempo libre acechando a los niños para poder apropiarse de sus peonzas mientras giran. Agarrar una peonza mientras está girando lo hace feliz por un momento, en la creencia de que “El conocimiento de una pequeñez, por lo tanto también, por ejemplo, de una peonza girando, bastaba para alcanzar el conocimiento general”. El disgusto sigue al placer casi de inmediato, y el filósofo arroja la peonza al suelo, se marcha. Aún así, la esperanza del entendimiento sigue inundándole cada vez que comienzan las preparaciones de los niños para hacer girar sus peonzas: “Cuando giraba corría tras ella poseído de la esperanza de una certeza, pero en cuanto sostenía ese burdo trozo de madera en la mano le daban náuseas”

El cuento trata del placer que obtenemos de la metáfora. El significado gira, permaneciendo en la vertical de un eje de normalidad que se alinea con las convenciones de la connotación y la denotación; sin embargo, girar no es lo normal y fingir una verticalidad normal mediante este movimiento fantástico es irrelevante. ¿Cuál es la relación entre esa irrelevancia y la esperanza de entender? ¿Y con el placer?

El cuento trata de la razón por la que nos encanta enamorarnos. La belleza gira y la mente se conmueve. Atrapar esa belleza sería entender cómo es posible esa estabilidad irrelevante en el vértigo. No obstante, el placer no necesita llegar tan lejos: correr poseído, pero sin haber llegado, es ya delicioso en sí mismo, un momento suspendido de esperanza viviente.

Suprimir esa irrelevancia no es el objetivo del que ama. Tampoco podemos creer que el filósofo vaya detrás del entendimiento. Más bien se ha convertido en filósofo (es decir, en alguien cuya profesión es deleitarse en el entendimiento) para darse a sí mismo pretextos por los que echar a correr tras la peonza.

Anne Carson
Eros. Poética del deseo

Fotograma de L'Eclipsse de Antonioni

martes, 5 de febrero de 2019

Diario


19 de julio
Partir el pan de los demás para los demás. El mío es pan duro.


22 de julio

Miro largo rato a los seres, las cosas, antes de verlos; después me acostumbro a su presencia
y desaparecen sin hacer ruido.


23 de julio

No el silencio de la madera sino el silencio de la piedra. No la ausencia de la voz que el
recuerdo puede traicionar sino la de la confesión del gusano al limo feraz.


27 de julio

Subterránea, como los veneros.
Y nada, en el horizonte, salvo un venero.


31 de julio

Podemos imaginar un rostro en el vacío; en ese caso el vacío nos llama la atención por su
parecido a nosotros.
¿Es a mí a quien miro de hito en hito?
La sombra es dominada por la sombra, como la mano por la mano mayor.

Edmond Jabès
Diario de Sara I, de "El lenguaje de Yukel"
Edit. Siruela 1990
Trad. J. Martín Arancibia

lunes, 4 de febrero de 2019

Surgida en oscuro



SURGIDA EN OSCURO,
 otra vez,
acude tu palabra
al renuevo de hoja presombreado
del haya.

No se
puede hacer gala de vosotros,
tú posees una extrañeza en feudo.

Infinitamente
oigo la piedra que en ti se tiene.

Paul Celan
de "Parte de nieve"
Edit. Trotta. 
Traducción de José Luis Reina Palazón.