miércoles, 30 de agosto de 2017

Que nunca existieron


Para Alejandro Krawietz

No es sólo una gota, la gota de agua que recorre la hoja de doradas viñas otoñales, sino todas las de la lluvia. Como tampoco es sólo una hoja, sino todas las del otoño.
No enumero penas, tan sólo es una, magua sin nombre. Como grano sólo de arena, o pavesa en el aire, que representara a todo el desierto o al corazón solo.
Aunque, si aquí no vive nadie, quizás es que, gotas, hojas, nunca existieron.

Juan Fuentes
Que nunca existieron
De "Tiempo volar"
Edit. Piedra y Cielo, 2015

Foto: Hiroshi Watanabe

Deseo


Benedicta se agitó en sueños; soñaba sin duda con las chinelas turcas rojas que se había prometido, con las tandas de muselina con que pensaba hacerse un vestido de baile. Respirando suavemente mientras circunnavegaba aquellos vastos y sombríos ámbitos del sueño; la otra realidad que es la imagen en el espejo de nuestra propia realidad. Un cadáver viviente como yo sufriendo tan sólo a causa de la corrupción 'beta' del mundo en nuestro interior. (El deseo de morir juntos es la imagen del deseo de acostarse juntos).

Lawrence Durrell
Nunquam
Edit. Edhasa, 1986
Trad: Matilde Horne

Foto: Graeme Jukes

martes, 29 de agosto de 2017

Es


-Le quiero. Me cuenta mentiras que borran el peso del cielo. Y es.
-¿Es qué?
El niño extendió las manos.
-Simplemente es.

William Golding
El dios Escorpión
Ed. Alianza, 2003
Trad. Ernestina Champourcin

Esta mañana


ESTA MAÑANA

Despierto esta mañana,
una mujer violenta en el violento día
riendo.
Tras la línea de la memoria
a lo largo del largo del cuerpo de tu vida
donde se mueven infancia, juventud,
la vida del tacto,
ojos, labios, pecho, vientre, sexo, piernas,
contra las olas de la sábana.
Miro a través de la plantita
sobre el alféizar de la ciudad
hacia las altas torres como libros,
entrechocándose voraces,
el río centellea, fluye corroído,
el intrincado puerto y el mar, las guerras,
la luna, los planetas, todo lo que puebla
el espacio en el sol visible invisible.
Violetas africanas en la luz
palpitando en un universo palpitante.
Quiero una paz arraigada, y deleite,
las riquezas salvajes.
Quiero hacer mis poemas sensitivos:
encontrar mi mañana, encontrarte entero y
vivo moviéndote entre la gente anestesiada.

Te digo a través del aire:
hoy una vez más
intentaré no ser violenta
un día más
esta mañana, despertando sin cesar al mundo
en el día violento.


lunes, 28 de agosto de 2017

Gran Tiempo


(...) Conceptos como karma y tiempo circular son cosa sabida en la inmensa mayoría de las tradiciones indígenas americanas; tiempo como espacio y muerte como transformación están implícitos en la idea terrena de los hopi, que evitan todas las construcciones lineales porque saben tan bien como cualquier budista que Todo está Aquí Ahora. Como en las grandes religiones de Oriente, el indígena americano hace muy poca distinción entre actividad religiosa y acciones cotidianas: la ceremonia religiosa es la vida misma.
Como el "atman" de los Vedas, como la mente budista, como el Tao de los chinos, el gran espíritu del indio americano está en todas partes y en todas las cosas, inmutable. Incluso los aborígenes australianos -a los que se considera la raza más antigua de la Tierra- distinguen entre tiempo lineal y un "gran tiempo" de sueños, mitos y héroes en el que todo está presente de manera simultanea. A mí me conmueve que esta intuición primordial se haya perpetuado de palabra y hecho a través de incontables horizontes y siglos, iluminando la vida de los sueños de los primitivos, las primeras civilizaciones indoeuropeas de los sumerios y los hititas, a los griegos clásicos y a los egipcios, o haya sido guardada por cultos escondidos de las edades oscuras para salir a la luz en el misticismo cristiano, hasídico y musulmán (sufismo), así como en todas las esplendorosas religiones de Oriente. Y es también un profundo consuelo, quizás el único de que dispone, para este animal obsesionado que malgasta la mayor parte de una larga vida fantasmal recorriendo, sobre sus extremidades posteriores, el futuro y el pasado en busca de significados, y que solo consigue ver en los ojos de otros individuos de su especie que está condenado a morir.

Peter Matthiessen
"El leopardo de las nieves"
Ed. Siruela
Trad. José Luis López Muñoz.

domingo, 27 de agosto de 2017

Hospitalidad


Me di cuenta, después, de que, en su vulnerabilidad, el extranjero sólo podía contar con la hospitalidad que le brindase el prójimo. Igual que las palabras se benefician de la hospitalidad de la página en blanco y el pájaro, de la hospitalidad, incondicional, del cielo.

"El libro de la hospitalidad".
Traducción y presentación 
de Sarah Martín.
Minima Trotta. Madrid, 2014.

La promesa


La promesa

Con el segundo trago, en el restaurant,
tomados de la mano sobre la mesa vacía,
hablamos de eso otra vez, renovamos nuestra promesa
de matarnos el uno al otro. Estás tomando gin,
el enhebro azul noche
se disuelve en tu cuerpo, yo tomo Fumé,
mastico su tierra fragante y ahumada, estamos
recibiendo tierra, ya somos en parte polvo,
y donde sea que estemos, estamos también en nuestra
cama, encajados, desnudos, a lo largo uno del otro,
cercanos, embriagados
después del amor, entrando y
saliendo del borde de la conciencia,
nuestros cuerpos felices, entrelazados. Tu mano
se tensa sobre la mesa. Te da miedo
que me acobarde. Lo que no quieres
es agonizar en una cama de hospital por un año
después de un infarto, incapaz
de pensar o de morir, no quieres
que te aten a una silla como a tu impecable abuela,
profiriendo insultos. El cuarto en penumbras
a nuestro alrededor,
globos de marfil, cortinas rosadas
ceñidas por la cintura —y afuera
un anochecer de verano tan leve,
alto, luminoso. Te digo que no me
conoces si crees que no te
mataré. Piensa en cómo hemos flotado juntos,
mirándonos a los ojos, pezón contra pezón,
sexo sobre sexo, las mitades de una criatura
resurgiendo hasta el borde de la materia
y sobrepasándola —me conoces de la brillante
sala de partos salpicada de sangre, si un león
te tuviera entre sus dientes yo lo atacaría, si las sogas
que ataran tu alma fueran tus propias muñecas, yo las cortaría.

de "La materia de este mundo" 
Gog&Magog Ediciones, 2015.
Trad. Inés Gotland e Ignacio di Tullio

sábado, 26 de agosto de 2017

Agua subterránera


La conversación de una mujer amada es como un suelo que cubre un agua subterránea y peligrosa. Siempre se siente detrás de las palabras la presencia, el frío penetrante de un charco invisible; se percibe acá y allá su pérfido goteo, pero el agua permanece oculta.

Marcel Proust
En busca del tiempo perdido 4. Sodoma y Gomorra
Ed. Lumen, 2011
Trad. Carlos Manzano

Foto: Gianni Berengo Gardin

Absentia


La absentia y el pensamiento (la abstantia, la abscedentia, la abstractio, la absentatio y el pensamiento) 
La absentia es el lugar del pensamiento. Razonamientos, simulacros, pensamientos, pantallas, fantasmas, imágenes se diferencian por la ausencia.
(La estilográfica en la mano de quien escribe. El libro en la mano de quien lee. Sigmund Freud habla de un pequeño carrete que vio en la mano de un niño probando "tanteando" el "desaparecer" y el "aparecer" de las cosas y su ausencia. Necesitamos conexiones con lo que no existe. Unos, pequeños ídolos, pequeñas efigies, pequeños cuencos, pequeñas cráteras; otros, pequeños volúmenes, pequeños fragmentos, pequeñas citas de quienes están muertos).

Pascal Quignard
Pequeños Tratados I
Ed. Sextopiso \ Kurimanzutto
Trad. Miguel Morey

Fot. Julian Schnabel

viernes, 25 de agosto de 2017

Mujeres


Un hombre furioso y bestial se dejará llevar hasta el asesinato, porque se hallará saturado de vino o furioso, inspirado por la ira o el alcohol. Es malo. Ignora el placer de matar, la caridad de dar muerte como una caricia, de hacerla intervenir en juegos que son como los de las fieras distinguidas: los gatos, los tigres, abrazan a sus presas lamiéndolas al mismo tiempo que las magullan. 
(...)
Se oían risas, algunas demasiado fuertes... Pero en cuanto Bouboule, con un movimiento de hombros, había dejado resbalar hasta el talle su kimono, ya nadie reía. Las cúspides extremas de una perfección sólo inspiran gravedad. Delante de las dos medias manzanas sin mácula, iguales, armoniosamente distantes, levantadas por apacible aliento, coronadas de un resplandor apenas rosado, ya no había en el camerino más que contempladores soñadores y mudos.

Sidonie-Gabrielle Colette
Mujeres

En la foto Colette por Cecil Beaton

Araceli


En este otoño de niebla, desde hace varios días, me siento tentado a seguir a mi muchacha Araceli en todas las direcciones del espacio y del tiempo, menos en una en la que no creo: el futuro. En realidad, en la dirección de mi futuro no veo más que una vía sinuosa a lo largo de la cual, mi habitual yo mismo sigue moviéndose arriba y abajo como un pendular borracho. Hasta que sobreviene un choque enorme y todo movimiento cesa. Es el punto extremo del futuro. Una especie de mediodía cegador, o de medianoche ciega, en el que ya no hay nadie, ni siquiera yo.

Elsa Morante
Araceli 
Ed.. Gadir, 2008

Fot. Marit Beer

jueves, 24 de agosto de 2017

Cartas a Milena


No sólo te amo a ti. Es más lo que amo: amo la existencia que tú me otorgas.

Franz Kafka
Cartas a Milena
Ed. Alianza, 2010
Trad. Carmen Gauger

A modo de autobiografía


Me voy a arriesgar para contar, para simplemente contar lo que quise ser. Primeramente quise ser una caja de música. Sin duda alguna me la habían regalado, y me pareció maravilloso que con sólo levantar la tapa se oyese la música; pero sin preguntarle a nadie ya me di cuenta que yo no podía ser una caja de música, porque esa música por mucho que a mí me gustara no era mi música, que yo tendría que ser una caja de música inédita, de mi música, de la música, de la música que mis pasos, mis acciones…, y yo era una niña que no tenía remordimientos y aún sin ellos temía, o sabía, que una caja de música no podía ser. Pregunté a mi padre quiénes eran los templarios. Recuerdo que me dijo que eran unos caballeros, y yo era una mujer. Y esto se me quedó en el alma gestando porque yo quería ser un caballero y quería no dejar de ser mujer, eso no; yo no quería rechazar, yo quería encontrar y ser fecunda.
¿Qué otra cosa quise ser? Pues quise ser centinela, porque cerca de mi casa se oía llamarse y responderse “Centinela alerta”, “Alerta está”. Y así yo quería ser un centinela de noche. Y entonces yo volvía a preguntar si las mujeres podían ser soldados solamente para ser centinela. Y mi padre que no, que no podía ser. Y así cuando me di cuenta que no podía ser de hecho nada, encontré el pensamiento, encontré lo que yo llamaba, lo sigo llamando la filosofía. Pero tampoco eso yo podía. Mi padre me habló de la Academia Platónica, donde está inscrito “Nadie entre aquí sin saber geometría”, y yo la geometría no la dominaba y, de tanto en tanto, con mucha impaciencia, le preguntaba a mi padre: ¿Pero cuándo me vas a enseñar geometría? ¿Y para qué? Porque yo tengo que pensar. Entonces, no tengo más remedio que aceptar que mi verdadera condición, es decir, vocación, ha sido la de ser, no la de ser algo, sino la de pensar, la de ver, la de mirar, la de tener la paciencia sin límites que aún me dura para vivir pensando, sabiendo que no puedo hacer otra cosa y que pensar tampoco lo he hecho.

María Zambrano
A modo de autobiografía
Anthropos, nº 70-71, 1987

miércoles, 23 de agosto de 2017

Florecer


Después de haberla abrazado, ella se mordió los labios hasta hacerse sangre, me salpicó de sangre la cara, era como si su boca floreciese.

Knut Hamsun
"Rosa"
Foto: Bill Henson

Bajo un cielo extranjero


Bajo un cielo extranjero
sombras rosas
sombras
sobre una tierra extranjera
entre rosas y sombras
en una agua extranjera
mi sombra.

Sombras rosas sombras.
De "Invocación a la Osa Mayor" 
Ediciones Hiperión 2001
Versión de Cacilia Dreymüller y Concha García

Tengo una llave


Tengo una llave
y abro la puerta: entro
y está obscuro; entro
y está más obscuro. Entro.

(Versión de Octavio Paz)

The inside of Unknow Pleasures

Pregunta


Cuerpo, mi casa
mi caballo, mi sabueso
qué voy a hacer
cuando te rindas

dónde voy a dormir
cómo voy a cabalgar
qué voy a cazar

adónde podré ir
sin mi montura
precipitada y ansiosa
cómo voy a saber
si adelante en el bosque
hay un tesoro o un peligro
cuando el Cuerpo mi buen
perro sabio esté muerto

Cómo será
estar en el cielo
sin techo ni puerta
con el viento por ojos

con las nubes de atuendo
¿cómo voy a esconderme?

Pregunta

Fot. de la autora por Rollie Mckenna 1950's

lunes, 21 de agosto de 2017

Jugabas a esconderte entre los utensilios de cocina...


XIV

Jugabas a esconderte entre los utensilios de cocina
como un extraño objeto tormentoso entre indecibles faunas,
o a desaparecer en las complicidades del follaje
con un manto de dríada dormida bajo los velos de la tarde,
o eras sustancia yerta debajo de un papel que se levanta y anda.
Henchías los armarios con organismos palpitantes
o poblabas los vestidos vacíos con criaturas decapitadas y fantasmas.
Fuiste pájaro y grillo, musgo ciego y topacios errantes.
Ahora sé que tratabas de despistar a tu perseguidora con efímeras máscaras.
No era mentira el túnel con orejas de liebre
ni aquella cacería de invisibles mariposas nocturnas.
Te alcanzó tu enemiga poco a poco
y te envolvió en sus telas como con un disfraz de lluviosos andrajos.
Saliste victoriosa en el irreversible juego de no estar.
Sin embargo, aún ahora, cierta respiración desliza un vidrio frío por mi espalda.
Y entonces ese insecto radiante que tiembla entre las flores,
la fuga inexplicable de las pequeñas cosas,
un hocico de sombra pegado noche a noche a la ventana, no sé, podría ser,
¿quién me asegura acaso que no juegas a estar, a que te atrapen?

Jugabas a esconderte entre los utensilios de cocina...
De "Cantos a Berenice"


Palabras


Hay muchas cosas por decir que no sé cómo decir. Faltan las palabras. Pero me niego a inventar otras nuevas: las que existen deben decir lo que se consigue decir y lo que está prohibido.

Clarice Lispector

domingo, 20 de agosto de 2017

Hay que partir


(...) A veces siento ese llamado, como llegado de lo más lejano de mí, ese llamado que me hunde aún más en mi propio drama; partir, hay que partir. Hay que abandonar rápido, desaparecer hacia las regiones de lo anónimo, hacia lo posible. Partir...Pero, ¿para adónde? ¿Qué país me espera? ¿Qué nueva vida más vasta, más libre que la anterior podría ser la mía? ¿Cómo no arrastrar con uno los guiñapos familiares, cómo sacudir los yugos, las costumbres, los terribles hábitos que han cavado sus surcos? No sé si esto es posible, sí, sí es posible olvidar, pero tengo en mí como esta puerta abierta al final de un muy largo corredor. Creo que puedo cambiar en cada instante, pero, ¿no es una ilusión? ¿Puede renegarse de lo que se ha hecho como no sea por el silencio? Si se lo piensa, hay tantas trabas e hilos que retienen a un hombre. Tantas relaciones, nudos, tantos raíles por todas partes... Tanta incomodidad vuelta confortable, y el llamado no pasa. Largo, seguramente, el horizonte se tapa, se alzan las vallas. Todo mentiras, todo odiosamente falso, las paredes que son los objetos, los sentimientos, las sensaciones familiares necesarias como drogas. ¿Es esto un hombre? ¿Es esta suma de lazos y costumbres? ¿Es este exiliado del viaje? Si es verdad, es que no puede abandonar. Aquí, o en otra parte, buscará las trabas, se hundirá en la tierra para no estar solo, para no ser su amo.

Ed. Adriana Hidalgo
Trad. Juana Bignozi.

Fot. Wanamaker 1 en vuelo desde Nueva York a Filadelfia, pilotado por Albert Leo Stevens, 1911

Navega el bote


Navega el bote
de mi mano. Debajo
tu cuerpo ondula.


Pocos


Estaba en mi carácter evitar la multitud para atarme apasionadamente a pocos.

Mary Shelley

sábado, 19 de agosto de 2017

Va a caer el telón



Va a caer el telón.
La sombra
va a caer otra vez sobre la sombra.

De “Última representación”
en “Mandorla”


Y nada acaba


Y nada acaba
en el alfabeto de la angustia
tan cabezacaninamente pesado 
y a la vez lagartijamente delicado
como el presente.

de "Los pálidos señores con tazas de moca."
Trad. José Luis Reina Palazón

viernes, 18 de agosto de 2017

Gotham

Muchas veces pensé


Poema 739

Muchas veces pensé que la paz había llegado
cuando la paz estaba muy lejos-
como los náufragos- creen que ven la tierra-
en el centro del mar-

y luchan más débilmente -sólo para probar
tan deshauciadamente como yo-
cuántas ficticias costas-
antes del puerto hay-

Versión de Silvina Ocampo

miércoles, 16 de agosto de 2017

Comienza un lunes


Comienza un lunes 

La eternidad por fin comienza un lunes 
y el día siguiente apenas tiene nombre 
y el otro es el oscuro, al abolido.

Y en él se apagan todos los murmullos 
y aquel rostro qua amábamos se esfuma 
y en vano es ya la espera, nadie viene. 

La eternidad ignora las costumbres, 
le da lo mismo rojo que azul tierno, 
se inclina al gris, al humo, a la ceniza.

Nombre y fecha tú grabas en un mármol, 
los roza displicente con el hombro, 
ni un montoncillo de amargura deja. 

Y sin embargo, ves, me aferro al lunes 
y al día siguiente doy el nombre tuyo 
y con la punta del cigarro escribo 

en plena oscuridad: aquí he vivido.


martes, 15 de agosto de 2017

La pregunta de Florencia


(...) Por eso a veces insisto en que "Bartleby y compañía", contrariamente a lo que se cree, no habla exactamente de escritores que dejan de escribir, sino de personas que viven y un día mueren, de gente que lee y de gente que un día deja de leer y de gente que muere sin haber leído nada y de gente que ama y deja de amar o ama sin ser amada, de oleadas y oleadas incesantes de seres inútiles y malolientes que vienen desde el fondo de los tiempos a hundirse, a hundirse aquí, que es a lo que venimos a este mundo, donde el instinto silencioso, el instinto de muerte, no necesita ni compañía, de tanta que tiene.

Enrique Vila-Matas
Bartleby y compañía
Ed. Seix Barral, 2015

lunes, 14 de agosto de 2017

Paisajes inútiles


335.
Paisajes inútiles como los que dan la vuelta a las tazas chinas, partiendo del asa y yendo a acabar en el asa, de repente. Las tazas son siempre tan pequeñas... Hacia dónde se prolongaría y con qué (...) de porcelana, el paisaje que no se ha prolongado más allá del asa de la taza?
Es posible a ciertas almas sentir un dolor profundo porque el paisaje pintado en un /abanico/ chino no tenga tres dimensiones.

Fernando Pessoa
El libro del desasosiego de Bernardo Soares
Ed. Seix Barral, 2010
Edición y traducción de Ángel Crespo

Fot. Snjezana Josipovic

Ni piel ni cuero ni vellón


Ni piel ni cuero ni vellón
te cubrirán,
Ni cortina de seda ni refugio
de cedro hallarás sobre ti,
Ni pino
Ni abeto.

Ni visión de aliaga o de espino
Ni de tejo de río,
Ni la fragancia del arbusto en flor,
ni la queja del tordo al despertar,
ni la del zorzal
ni la del pardillo.

Ni la palabra ni el contacto ni la vista
del amante en la noche
anhelarás sino ésto:
el rodar de la marea entera para cubrirte
sin preguntas
sin besos.

Leteo

Fot. anónima de la autora

domingo, 13 de agosto de 2017

Bartleby y compañía


Kafka y Bartleby son dos seres bastante insociables a los que hace tiempo tengo tendencia a asociar. No soy, por supuesto, el único que se ha sentido tentado de hacerlo. Sin ir más lejos, Gilles Deleuze, en "Bartleby o la fórmula", dice que el copista de Melville es el vivo retrato del Soltero, así con mayúscula, que aparece en los Diarios de Kafka, ese Soltero para el que "la felicidad es comprender que el suelo sobre el que se ha detenido no puede ser mayor que la extensión cubierta por sus pies", ese Soltero que sabe resignarse a un espacio para él cada vez más reducido; ese Soltero las dimensiones exactas de cuyo ataúd, cuando muera, serán justamente lo que necesite.

Enrique Vila-Matas
Bartleby y compañía
Ed. Seix Barral, 2015

Mi expediente amoroso


Mi expediente amoroso es una colección de principios. Un paisaje definitivamente inacabado que se extiende entre excavaciones inundadas, cimientos al aire libre y estructuras en ruina; una necrópolis interior que ha estado en obra negra desde que recuerdo. Cuando te conviertes en coleccionista de inicios también puedes corroborar, con precisión casi científica, la poca variabilidad que tienen los finales. Estoy condenada, particularmente, a la renuncia. Aunque, en realidad, no hay mucha diferencia, todas las historias terminan bastante parecido. Los conjuntos se intersectan más o menos igual y lo único que cambia es el punto de vista desde el que te toca ver: la renuncia es voluntaria, el consenso es la menos común de las opciones, y el abandono es una imposición. [...]

Verónica Gerber Bicecci
Conjunto vacío
Ed. Pepitas de Calabaza, 2017

sábado, 12 de agosto de 2017

Amapola y memoria


Corona

En la mano me come el otoño su hoja: somos amigos.
Pelamos el tiempo de las nueces y les enseñamos a andar:
el tiempo vuelve a la cáscara.

En el espejo es domingo,
en el sueño se duerme,
dice verdad la boca.

Mi ojo desciende hasta el sexo de la amada:
nos miramos,
nos decimos algo oscuro,
nos amamos mutuamente como amapola y memoria,
dormimos como vino en las conchas,
como mar en el rayo sanguino de la luna.

Estamos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
¡es hora de que se sepa!
Es hora de que la piedra se apreste a florecer,
de que al desasosiego le lata un corazón.
Es hora de que sea hora.

Es hora.


de "Amapola y Memoria"
Traducción y notas de Jesús Munárriz. 
Ed. Hiperión, 1999

Soledad


La soledad hace madurar lo original, lo audaz e inquietantemente bello, el poema. Pero también engendra lo erróneo, desproporcionado, absurdo e ilícito.

Thomas Mann

viernes, 11 de agosto de 2017

Tiempo del corazón


Querido:

[...]

"He vuelto a sentir la amapola, profunda, muy profundamente, tu magia ha sido tan maravillosa, jamás podré olvidarlo. 

A veces lo único que quisiera es irme y llegar a París, sentir que tocas mis manos, que me tocas entera con flores, y después otra vez no saber de dónde vienes y adónde vas. Para mí eres de la India, o de un país aun más lejano, oscuro, marrón; para mí eres desierto y mar y todo lo que es misterio.

Sigo sin saber nada de ti y por eso muchas veces tengo miedo por ti, no puedo imaginarme que tú debas hacer lo que los otros hacemos aquí, yo debería tener un castillo para nosotros y traerte conmigo, para que puedas ser allí mi señor encantado, tendremos muchas alfombras allí y música, e inventaremos el amor. 

He estado pensando mucho. “Corona” es tu poema más bello, es la anticipación perfecta de un instante donde todo se vuelve mármol y es para siempre. Pero para mí aquí no será “tiempo”. Tengo hambre de algo que no me darán, todo es chato y flojo, está cansado y gastado antes del uso. 

Para mediados de agosto quiero estar en París, un par de días solamente. No me preguntes por qué, para qué, pero quiero que estés para mí, una noche o dos, tres... Llévame al Sena, vamos a mirar y mirar bien adentro hasta que nos hayamos vuelto pececitos y nos reconozcamos."

Ingeborg.

Carta de Ingeborg Bachmann a Paul Celan, Viena, 24 de junio de 1949

Ed. FCE, 2012

La lengua salvada


Pero en realidad ella vivía pensando en la noche, cuando nosotros estábamos en cama y por fin podía leer. Era la época de sus grandes lecturas de Strindberg. Yo permanecía despierto en la cama viendo la luz del cuarto de estar por la rendija de la puerta. Allí estaba de rodillas en su silla, con los codos sobre la mesa, la cabeza apoyada en el puño derecho, teniendo delante los volúmenes de Strindberg. Cada cumpleaños, cada Navidad, se añadía un nuevo volumen, era lo que nos pedía que le regaláramos. Lo más excitante para mí era que no me estaba permitido leerlos. Nunca intenté echarle un vistazo a ninguno de ellos, me gustaba esa prohibición, aquellos volúmenes amarillos inspiraban una fascinación que solo me explico por dicha prohibición, y nada me hacía más feliz que entregarle a mi madre un nuevo volumen del que yo solo conocía el título. Cuando habíamos cenado y la mesa ya estaba recogida, cuando los pequeños ya estaban en la cama, yo le llevaba los volúmenes amarillos a la mesa y se los apilaba en el lugar acostumbrado. Aún hablábamos un momento, yo notaba su impaciencia, como tenía allí delante el montón de libros la comprendía y sin molestarla me iba tranquilo a la cama. Cerraba detrás de mí la puerta del cuarto de estar, y mientras me desnudaba la oía aún ir y venir un rato. Me echaba en cama y prestaba atención al ruido de la silla cuando ella se encaramaba, sentía como cogía luego un volumen, y cuando estaba seguro de que lo había abierto volvía la mirada hacia la rendija de luz de la puerta. Entonces sabía que ella no se levantaría por nada del mundo, encendía mi pequeña linterna de bolsillo y me ponía a leer mi propio libro debajo de la manta. Este era mi secreto, del que nadie debía saber nada, y equivalía al secreto de sus libros.

Elias Canetti
La lengua salvada
Ed. Debolsillo, 2005
Trad. Genoveva Dieterich

jueves, 10 de agosto de 2017

Tú me llueves


Tú me llueves – yo te cielo
Tú la finura, la niñez, la vida
amor mío – niño – viejo
madre y centro – azul – ternura
Yo te entrego mi universo y tú me vives
Eres tú a quien amo hoy
te amo con todos los amores
te daré el bosque con una casita dentro
con todo lo bueno que haya
en mi construcción tú vivirás contento
yo quiero que tú vivas contento.
Aunque yo te daré siempre
mi soledad absurda y la monotonía
de toda una complejísima diversidad de amores
¿Quieres?


Fot. Frida Kahlo adolescente

miércoles, 9 de agosto de 2017

El tiempo


XXVI

Esto es lo primero
que yo aprendí:
el tiempo es el eco de un hacha
adentro de un bosque.

martes, 8 de agosto de 2017

Lo que pasa en la sombra


Decididamente, lo más interesante pasa siempre en la sombra. Nada se sabe de la verdadera historia de los hombres.

Louis Ferdinad Céline
Viaje al fin de la noche
Ed. Edhasa, 2011
Trad. Carlos Manzano

Fot. Louis-Ferdinand Céline Danemark, Mai 1947

lunes, 7 de agosto de 2017

Tiempo y música


Tendemos a imaginar la eternidad como un tiempo muy, muy largo, que prolongamos en el pasado y en el futuro tan lejos como nos es posible, e incluso más allá. Esta imagen no es adecuada. No sugiere la eternidad, sino más bien el tiempo... y una vez más el tiempo... Mientras que el presente que dura deviene, por así decir, una especie de miniatura de eternidad.
Posiblemente gracias a esta miniatura los hombres han podido crear, dentro de la música, una melodía. La melodía, en efecto, exige una duración. Es necesario que el pasado se reúna con el presente y que en el presente se espere el futuro. En esto, precisamente, consiste la melodía, y esta sólo es posible porque poseemos la extraordinaria capacidad de imaginar, e incluso, en cierto sentido, de vivir esta especie de miniatura que acabo de mencionar. Esto es lo que permite que la música sea, a la vez, libre y necesaria, a la vez imprevisible y sujeta a lo que es su naturaleza. La música se parece en esto a la catarsis de la tragedia griega, al final trágico que resuelve la contradicción, no en el sentido de una solución racional satisfactoria, sino en el de una purificación apaciguadora. La música no anula la contradicción, la sustantiva.

Jeanne Hersch
¿La música trasciende el tiempo?
de Tiempo y música
Edit. Acantilado, 2013
Trad. Rosa Rius y Ramón Andrés

Fot. anónima de la autora

Enamorarse


Enamorarse es producir una mitología privada —a private mythology— y hacer del universo una alusión a la única persona indudable.

Jorge Luis Borges
Prólogo a Nacimiento del fuego, de Roberto Godel

domingo, 6 de agosto de 2017

Gritos


Y digo: hay que haber sido amada por la muerte, para nacer y pasar a la escritura. La condición por la que comenzar a escribir se vuelve necesaria y posible: perder todo, haber una vez perdido todo. Y esta no es una “condición” pensable. Tú no puedes querer perder: si quieres, entonces hay un tú y hay querer, hay no-perdido. Escribir comienza sin ti, sin yo, sin ley, sin saber, sin luz, sin esperanza, sin lazo, sin nadie cerca de ti. Entonces, cuando lo has perdido todo, no hay más camino, no hay más sentido, no hay más signo fijo, no hay más suelo, no hay más pensamiento, cuando estás perdida, fuera de ti, y continúas perdiéndote, cuando devienes el movimiento enloquecedor de perderte, entonces es por ahí, desde ahí, donde eres trama despedazada, completamente abismada de otra, es en esos tiempos jadeantes cuando escrituras te atraviesan, brotan fuera de las gargantas de tus habitantes desconocidas, son gritos que la muerte y la vida arrojan al combatirse.

Hélène Cixous
La llegada a la escritura
Ed. Amorrortu, 2007

sábado, 5 de agosto de 2017

Amistad


Veo muchos ratones. Ya no tenemos idea de la cantidad de ratones que hay en el mundo, es inconcebible. Los ratones crujen muy silenciosamente en el césped aplastado. Sólo el que camina ve los ratones. Sobre los campos nevados abrieron pasillos entre la nieve y el pasto, y ahora que la nieve se fue quedan las huellas serpenteantes. Con los ratones es posible trabar amistad.

Werner Herzog
Del caminar sobre el hielo
Ed. Entropía

viernes, 4 de agosto de 2017

Sobre las celdas


En esta celda, las manos están crispadas con fuerza por el dolor, están hechas de piedra. El dolor, como la piedra, es indestructible. Proviene de la rabia de no entender, de no saber cómo aprender. Existe una resistencia interior que me impide aprender, que me impide entender. La resistencia en sí es inconsciente y mi incapacidad de progresar me lleva a un estado de rabia. Confundes el mundo de las emociones, que sigue su lógica personal, con el del intelecto, que sigue una lógica universal. Esta confusión te enfurece. Es claro como el agua.
Yo creo que la rabia por comprender proviene de un hecho: no hacemos las preguntas adecuadas. Jamás hallarás la respuesta correcta si no haces la pregunta correcta. Es como intentar abrir una puerta con una llave equivocada. La llave funciona correctamente y la puerta también. Las respuestas a algunas preguntas son demasiado dolorosas. Y hay preguntas que no estamos dispuestos a hacer. Y otras son imposibles de responder.
(…) Así pues, sufrimos la rabia de no saber cómo estar a la altura de nuestro destino. Es el dolor de no saber cómo hacerte querer. Este dolor jamás desaparece y uno no sabe que hacer al respecto.
El perfume es lo contrario. Es la evanesciencia del placer, el placer efímero del sentido del olfato. No se puede asir; es tan sutil que ni siquiera se puede tocar. No se oye, ni se ve, ni se saborea. Cada uno de los cinco sentidos nos abre la puerta a cinco mundos totalmente diferentes. Son irremplazables . Y sin embargo el sentido del olfato tiene un gran poder evocador y curativo.

Louise Bourgeois
Sobre las celdas

Fot. Louise Bourgeois
Cell II (1991)
Collection of the Carnegie Museum, Pittsburgh

Palabras


Palabras
Ten cuidado con las palabras,
incluso con aquellas milagrosas.
Para las milagrosas hacemos lo mejor posible,
a veces se enjambran como insectos
y dejan no una picadura sino un beso.
Pueden ser tan buenas como los dedos.
Pueden ser tan confiables como la roca
sobre la que apoyas tu trasero.
Pero también pueden ser tanto margaritas como moratones.
-
Aún así, estoy enamorada de las palabras.
Son palomas que caen del techo.
Son seis naranjas sagradas posadas en mi regazo.
Son los árboles, las piernas del verano,
y el sol, su apasionado rostro.
-
Aún así, me fallan a menudo.
Tengo tanto de lo que quiero decir,
tantas historias, imágenes, proverbios, etc.
Pero las palabras no son lo suficientemente buenas,
las equivocadas me besan.
A veces vuelo como un águila,
pero con las alas de un gorrión.
-
Pero intento tener cuidado
y de ser suave con ellas.
Las palabras y los huevos deben ser tratados con cuidado.
Una vez rotos,
son cosas imposibles de reparar.

Ninfas


El primer ser sobre la tierra al que Apolo habló fue una Ninfa. Se llamaba Telfusa y de inmediato engañó al dios. Apolo había atravesado la Beocia procedente de Calcide. La vasta planicie que después fue rica en trigo estaba entonces cubierta por una densa floresta. Tebas no existía. No había calles ni senderos. Y Apolo buscaba su lugar. Quería fundar en él su culto. Según el himno homérico rechazó más de uno. Después vio un "lugar intacto" (charos apeman), dice el himno. Apolo le dirigió la palabra. En el himno el pasaje es brusco: ese lugar es un ser. En sólo dos versos, sin transición, el masculino charos se convierte en un ser femenino ("Te detuviste cerca de ella y le dirigiste estas palabras"). Aquí, con la máxima rapidez y densidad, se muestra qué es la Ninfa en la economía divina de los griegos. 

[...] Si en el origen de la posesión encontramos a una Ninfa --Iynx, si las Ninfas presiden a la posesión en su máxima generalidad, es así porque ellas mismas son el elemento de la posesión, son esas aguas perennemente revueltas y mutables donde de pronto un simulacro se impone soberano y subyuga a la mente. Y esto nos transporta al léxico griego: nymphe, que significa tanto "muchacha lista para las bodas" como "fuente".

Roberto Calasso,
La locura que viene de las ninfas
Editorial Sexto Piso, 2008
Trad. Teresa Ramírez Vadillo, Valerio Negri Previo

jueves, 3 de agosto de 2017

El mundo ilustrado


El mundo ilustrado

Igual que tu ventana que no existe 
Como una sombra de mano en un instrumento fantasma 
Igual que las venas y el recorrido intenso de tu sangre 
Con la misma igualdad con la continuidad preciosa que me 
asegura idealmente tu existencia
A una distancia 
A la distancia 
A pesar de la distancia 
Con tu frente y tu rostro 
Y toda tu presencia sin cerrar los ojos 
Y el paisaje que brota de tu presencia cuando la ciudad no 
era no podía ser sino el reflejo inútil de tu presencia de hecatombe 
Para mejor mojar las plumas de las aves 
Cae esta lluvia de muy alto 
Y me encierra dentro de ti a mí solo 
Dentro y lejos de ti 

Como un camino que se pierde en otro continente.


Fot. anónima de César Moro

miércoles, 2 de agosto de 2017

Esperaba


Durante una oleada de silencio, espesa como una bruma, acabo de oír caer encima de la mesa vecina los pétalos de una rosa que sólo esperaba, ella también, estar sola para marchitarse.

Colette
La estrella vespertina

Fot. Ruth Bernhard