miércoles, 4 de mayo de 2016

Leyendo


Leyendo en New York © Michael Lehrman

Irse no es suficiente


Irte no es suficiente, debes marcharte. Entrena tu corazón como a un perro, cambia las cerraduras de tu casa, la que él nunca visitó. Eres afortunada, una chica afortunada. Tienes un apartamento a tu tamaño, una bañera llena de té, un corazón del tamaño de toda Arizona, pero aún no tan árido.
No reniegues de tu desafortunado pasado, tus problemas son marionetas de papel maché que hiciste o compraste porque el vendedor del mercado era tan terco que tuviste que comprarlas. Tuviste que tenerlo. Y lo tuviste. Y ahora derrumbas el puente entre tus casas, le haces llamadas antes de que venga, das por sentado tener un amante, uno que te mire como si fueras mágica. Haces de la primera botella que consumes una reliquia. Colócala en cualquier altar que construyas con un cuchillo y cinco arándanos. No pierdas demasiado peso. Las mujeres estúpidas siempre intentan desaparecer como venganza. Y tú no eres estúpida. Amaste a un hombre con más manos que un desfile de mendigos, y aquí permaneces. Corazón como una cama con dosel. Corazón como un lienzo. Corazón que gotea algo tan fuerte que pueden olerlo desde la calle.

Frida Kahlo

Fot. de la autora, anónima