lunes, 12 de junio de 2017

Amamos


Amamos por una sonrisa, por una mirada, por un hombro; entonces, en las largas horas de espera o de tristeza, fabricamos una persona y componemos su forma de ser. Y cuando, más adelante, tratamos a la persona amada, no podemos ya, por mucho que nos veamos ante una cruda realidad, quitarle esa forma de ser bondadosa, (...) como tampoco podemos, cuando envejece, quitarle a alguien la primera cara que llevamos conociendo desde que era joven.

Marcel ProustEn busca del tiempo perdido
Ed. Alianza, 2011
Trad. Pedro y Jaime Salinas

Autochrome of painter Henri-Ernest Rioux & his wife
Marseille, France, 1908

Bajo tu Clara Sombra


Un cuerpo, un cuerpo solo, un sólo cuerpo 
un cuerpo como día derramado 
y noche devorada; 
la luz de unos cabellos 
que no apaciguan nunca 
la sombra de mi tacto; 
una garganta, un vientre que amanece 
como el mar que se enciende 
cuando toca la frente de la aurora; 
unos tobillos, puentes del verano; 
unos muslos nocturnos que se hunden 
en la música verde de la tarde; 
un pecho que se alza 
y arrasa las espumas; 
un cuello, sólo un cuello, 
unas manos tan sólo, 
unas palabras lentas que descienden 
como arena caída en otra arena.... 

Esto que se me escapa, 
agua y delicia obscura, 
mar naciendo o muriendo; 
estos labios y dientes, 
estos ojos hambrientos, 
me desnudan de mí 
y su furiosa gracia me levanta 
hasta los quietos cielos 
donde vibra el instante; 
la cima de los besos, 
la plenitud del mundo y de sus formas. 

Bajo tu Clara Sombra

Paz no encuentro


Paz no encuentro ni puedo hacer la guerra,
y ardo y soy hielo; y temo y todo aplazo;
y vuelo sobre el cielo y yazgo en tierra;
y nada aprieto y todo el mundo abrazo.

Quien me tiene en prisión, ni abre ni cierra,
ni me retiene ni me suelta el lazo;
y no me mata Amor ni me deshierra,
ni me quiere ni quita mi embarazo.

Veo sin ojos y sin lengua grito;
y pido ayuda y parecer anhelo;
a otros amo y por mí me siento odiado.

Llorando grito y el dolor transito;
muerte y vida me dan igual desvelo;
por vos estoy, Señora, en este estado. 

Soneto a Laura

Seraphim